No soy redonda, estoy gorda, y no hay vergüenza en eso. Con trajes pin-up, poses atrevidas y discurso liberado, la influencer de la moda Virginie Grossat cautiva a decenas de miles por Internet. Originaria de Lyon, Francia, a la joven, de 32 años, le encanta la ropa colorida, ajustada y kitsch. Me gusta exacerbar mi feminidad, marcar mi tamaño, la extravagancia que bordea el mal gusto. Con 24 mil seguidores en Instagram y 280 mil en TikTok, escribe en su blog: Tengo un trasero más grande que los de Nicki y Kim juntos, ojos aterradores (...) Todos experimentan la obesidad de manera diferente. Hay gente que, con mi peso y tamaño, podría estar postrada en la cama. Todos somos distintos.