Política
Ver día anteriorLunes 10 de agosto de 2020Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
Pandemia

Generación del confinamiento

La enfermedad también ha roto proyectos de vida
 
Periódico La Jornada
Lunes 10 de agosto de 2020, p. 4

Desde hoy ya se le llama la generación del confinamiento, aunque también podría ubicársele como la de los sueños rotos.

Reflejados en las estadísticas en los más bajos índices de ocupación, peores salarios y menores prestaciones, quienes cursan o recién han terminado una carrera universitaria atraviesan la pandemia del Covid-19 en una suerte de limbo laboral, sin vida social y dependientes de la manutención familiar, y donde ellos por cierto constituían una expectativa para su clan.

Alfredo García Pérez llegó desde Poza Rica a estudiar ingeniería mecánica y eléctrica en la FES-Cuautitlán de la UNAM. En enero de 2019 concluyó sus créditos y recibió una oferta de trabajo en una empresa del sureste que se haría efectiva cuando se titulara.

Me esforcé mucho y me quedé sin nada

“Me ofrecieron un sueldo relativamente favorable, pero con esta situación todo se vino abajo. A ellos les quitaron los contratos y mis trámites de titulación están detenidos.

“Estoy muy desanimado. ¿Ahora qué hago? Le eché muchas ganas a la carrera, terminé con 9.1 de promedio, me esforcé. Por esa oferta dejé muchas cosas, como una relación sentimental que me pedía verla como prioridad. Pero el trabajo era lo primero. Y ve, me quedé sin nada.

“En abril terminé la tesis, pero por la cuarentena ya no alcancé a presentar el examen profesional. Tenía confianza en una pronta reapertura de los trámites administrativos y pagué la renta de mi cuarto hasta julio. No he podido avanzar.

“Para colmo, cuando regresé a Veracruz ¡me dio Covid-19! Contagié a mi mamá y aquello se volvió pura gastadera, porque además en Ciudad de Carmen sí falleció una tía. Y yo, sin trabajo. Entré en un episodio depresivo. Ahora estoy en la Ciudad de México para vender mis cosas. Me han ofrecido una opción como becario de 3 mil 800 pesos al mes… eso no me alcanzaría aquí ni para mis gastos. Me tendré que quitar la pena y el orgullo y regresar a mi casa, con mi mamá, a trabajar en lo que sea...”

Luis Roberto Zacarías tiene desde febrero el título de ingeniero en biotecnología por la Universidad Popular Autónoma de Estado de Puebla.

“Mi expectativa era encontrar un trabajo o iniciar en mayo una maestría. Y nada.

“He mandado solicitudes a través de aplicaciones y sólo me han llamado para una entrevista en una empresa de mi especialidad, pero en realidad ofrecían trabajo para administración, y no quedé.

“Sinceramente me siento frustrado por no encontrar trabajo. Entiendo que esto es complicado; ya lo era desde antes, pero hoy aún más.

“Anticipo que cuando pase la pandemia a nosotros nos costará mucho conseguir empleo; hay demasiados con experiencia que en estos meses lo perdieron y será a los que prefieran antes que a un recién egresado.

Hice mi tesis sobre detección de metales pesados en jitomate de distinto tipo de producción y daño genotóxico. Es algo que me apasiona. Hoy manejo un Uber 14 horas diarias, y con el agravante de que hay tan poco trabajo que a veces no saco ni para la renta del coche.

En Monterrey, Francisco Tijerina cursará un doctorado sobre estudios hispánicos en Estados Unidos. No es un proyecto cancelado pero sí con demoras y contratiempos. Y reflexiona: “Durante la pandemia he tenido que abrazar menos, convivir menos, redefinir mi futuro y mi presente, aprender a dominar herramientas para seguir enseñando y comprender que no todo puedo controlarlo. Claro, también he podido apreciar más lo que tengo y poner en perspectiva lo que me atraviesa. Para quienes podemos, éste ha sido un tiempo de reflexión en cuanto a nuestros privilegios, el lugar en el mundo que hemos tomado y qué nos corresponde hacer con lo que nos fue heredado y heredaremos.

Para muchos otros, no. Para ellos eso es por ahora impensable.