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Ver día anteriorDomingo 9 de agosto de 2020Ver día siguienteEdiciones anteriores
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¿Cómo vamos en seguridad laboral?
L

a población trabajadora más vulnerable es la que se mantiene con el sueldo que le ofrezcan, y bajo las condiciones laborales más desventajosas, o con la ganancia diaria que pueda obtener en cualquier empleo. Esta población se ve afectada por la relación desigual entre la élite empresarial, la obrera y la burócrata. Se sigue sufriendo el abuso laboral que desde hace mucho tiempo combaten los representantes sindicales honestos.

El avance de la nueva forma de ejercer el sindicalismo es lo que nos demostrará la articulación que tengan los sindicatos con el nuevo gobierno. Eso es lo que se está buscando.

Es imposible no vincular la pandemia que estamos padeciendo, con los bajos rendimientos de los actuales salarios, herencia de otros sueldos todavía más depauperados. La clase trabajadora se ha enfrentado a innumerables obstáculos para reclamar el incremento de su paga, igualada a otras naciones donde la mano de obra calificada es valorada con más objetividad, aunque las economías estén a la baja.

Así, vemos que en Europa la caída económica también ha estado recrudeciéndose; por ejemplo, Francia y Alemania han caído entre 14 y 10 por ciento, respectivamente, mientras que Inglaterra bajó 20 por ciento.

México y Brasil, de acuerdo con información de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), son las naciones latinoamericanas con mayor población y de las más afectadas en la región. Una de las razones es que en ambos países la interrupción de las cadenas de valor se dio a causa del Covid-19. Ambos son más vulnerables debido a que son básicamente los de mayor actividad manufacturera.

En cuanto al resto de naciones del Cono Sur, éstas también se verán perjudicadas debido a que el valor de las exportaciones en la región caerá cerca de 15 por ciento, ya que éstas se han dedicado a la exportación de bienes primarios. La baja en los precios de mercado es el factor que más les perjudica.

En Centroamérica, el valor de las exportaciones siempre se ha visto afectado por la dependencia de la aceleración o desaceleración que registra la economía estadunidense, como le ocurre también a México. Por ejemplo, también de acuerdo a Cepal, Estados Unidos presentó un decaimiento de 33 por ciento, cifra que, queramos o no, nos afecta, aunque nuestro país cayó mucho menos.

No podemos dejar fuera la enorme influencia que para la economía nacional significan los altibajos de las cotizaciones del crudo en el mundo. Los precios del petróleo subieron este miércoles y se ubicaron en su nivel máximo desde principios de marzo, debido a un fuerte descenso de los inventarios petroleros en Estados Unidos y la debilidad del dólar, aunque los avances fueron limitados por temor a que el aumento de infecciones por coronavirus reduzca la demanda de combustible. ( La Jornada, 6/8/20)

El empobrecimiento de la población que no cuenta con un salario fijo es uno de los retos de una sociedad que, como la nuestra, pretende un cambio de fondo. Las condiciones favorables para la seguridad laboral es un objetivo primordial en el presente gobierno.

Las metas prioritarias de gobiernos responsables incluyen la creación de fuentes de trabajo, hablando de productividad. Bajo las circunstancias de alerta sanitaria por la pandemia y el agravamiento de la situación económica, la población económicamente activa entra en riesgo. Por tal motivo, la creación del seguro de desempleo, con fondos suficientes para sostenerlo, es una meta pendiente en el país. Además, es un propósito que fue postergado por los gobiernos neoliberales.

Hoy es el momento. La creación del seguro para el desempleo en el presente sexenio podría ser una realidad, sobre todo si el porcentaje de recaudación fiscal sigue incrementándose gracias a las auditorias del SAT. La dependencia informó, que se han recuperado 269 mil 500 millones de pesos.

En efecto, no sólo es un tema monetario y de recuperación de la capacidad adquisitiva, es también una posibilidad de mantener la salud social para sobrevivir en situaciones de gravedad, como la que hoy padecemos, con la crisis económica interna y la pandemia que, al parecer, durará varios meses más, quizás años.

La medida tomada por el gobierno de invertir en los programas sociales con disposición directa por parte de la población, incrementa la circulación del dinero, y aunque la economía caerá, no será de forma estrepitosa como lo ha hecho la estadunidense.

Problemas laborales administrativos y abusos en la seguridad de la base trabajadora tendrán que resolverse de raíz. Son muchos los aspectos acumulados que han generado la actual inseguri-dad que viene de otros sexenios.

Por ejemplo, en el sector minero las injusticias continúan y esperamos que esta vez no quede nuevamente como una asignatura pendiente. Después de seis años, el Grupo México y su dueño, Germán Larrea, no se han responsabilizado por el destrozo ocasionado al ambiente, a la región y a la población trabajadora. Está pendiente el saneamiento del río Sonora después del derrame de tóxicos que su empresa provocó.

Los compromisos no se han cumplido y, además del daño a la región, la población perdió fuentes de trabajo. Es el sindicato la fuerza que puede obligar a empresarios irresponsables a cumplir con lo pactado. De esta forma, la seguridad laboral se irá fortaleciendo.