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Economía moral

Opacidad del ciclo semanal de registro de casos y muertes de Covid-19

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on frecuencia, en domingos y lunes, los dos López (Obrador y Gatell) señalan la baja en los casos de Covid-19 como signo del control de la pandemia, del aplanamiento de la curva. Y, en efecto, ello es así, pero sólo en domingo y lunes, como resultado, probablemente, de los ritmos semanales de trabajo de quienes se encargan del registro de las cifras de casos y muertes que se hacen públicas. Es comprensible que lo diga AMLO si no se ha percatado del ciclo semanal de estos datos, pero López-Gatell tiene que haberse percatado. Organicé las semanas, para fines del análisis que sigue, de martes a lunes, para hacer más visible las bajas en domingo y lunes. En la gráfica 1 muestro, para las 14 semanas más recientes (del martes 22 de abril al lunes 27 de julio) los registros diarios en grupos de barras semanales (y con clave de color los días). A partir de la semana seis el patrón de mínimos en domingo o lunes (o en ambos) se consolida. Por ejemplo, en la semana 14 (la última en la gráfica que concluyó el lunes pasado) hay una baja sostenida desde el jueves 23 hasta el lunes 27, pero el martes 28 y miércoles 29 (que ya no se muestran en la gráfica por ser parte de la semana en curso) los casos repuntaron, como lo habían hecho la semana previa y, prácticamente en todas las 14 semanas. El patrón semanal en su totalidad no se repite siempre ya que el máximo semanal varía, cayendo sobre todo en jueves, sábado o martes. Es evidente que el análisis correcto de los datos es el semanal y no el diario. En la gráfica 2 se presenta la evolución de los casos nuevos por semana y en ella desaparecen las fuertes fluctuaciones diarias de la gráfica anterior. La gráfica muestra claramente que los nuevos casos (lo que los economistas llamamos variación marginal) siguen creciendo semana a semana, de manera que cada semana registra más nuevos contagios que la anterior. Y lo hace rápidamente: mientras la más reciente semana, la número 20, los nuevos casos fueron 46 mil 93, eran 35 mil 535 en la semana 16, y 26 mil 667 en la número 13. La curva polinomial de tercer grado ajustada (con R²= 0.9975) predice que en la semana 22, del 4 al 10 de agosto, los nuevos casos serán 50 mil.

El optimismo infundado de los López puede ser peligroso si conduce, como se anunció esta semana, a mantener los festejos masivos de septiembre y noviembre y a apresurar la apertura de la economía. Si se confirma una nota en La Jornada, que el Inegi habría suspendido la publicación de la ETOE (Encuesta Telefónica de Ocupación y Empleo) que nos permitía conocer cuantitativamente el impacto en el empleo de la pandemia y el confinamiento, habremos sumado una zona ciega más a la semiciega de los casos y muertes por Covid-19, pues todos sabemos que ambos datos están gravemente subestimados, porque se decidió ahorrar dinero haciendo pocas pruebas. El Worldometer de hoy sitúa a México en el lugar 149 (entre 215 países) con menos pruebas aplicadas por millón de habitantes: 7 mil 389. En cambio, a partir de mañana (o pasado mañana) tendremos medalla de bronce en muertes totales por Covid. Ayer el Inegi dio a conocer la estimación oportuna del PIB, misma que registra una caída en el trimestre abril-junio de 18.9 por ciento y en el sector secundario de 26.3 por ciento, algo no visto en México ni en las peores crisis económicas. Y como la pandemia sigue creciendo (por lo pronto el 29 de julio tenemos 76.2 por ciento más casos oficiales que el 1° de julio, comparando miércoles con miércoles), no se podrá recuperar la economía excepto provocando muchísimas más muertes.

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