Río de Janeiro., El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, aseguró ayer que se realizó una radiografía en los pulmones y que en breve se aplicará la prueba del Covid-19, enfermedad que ha descrito como una sim-ple gripecita.

Vengo del hospital ahora, me hice una radiografía en el pulmón, el pulmón está limpio, ¿de acuerdo? Me haré el examen de Covid-19 dentro de poco, pero está todo bien, dijo el presidente a sus simpatizantes, según recogieron cadenas de televisión como CNN Brasil.

Según este medio, Bolsonaro habría explicado que tiene 38 grados de fiebre y una tasa de 96 por ciento de oxigenación en la sangre, y que ya está tomando hidroxicloroquina.

El resultado de la prueba de Covid-19 estaría disponible hoy antes del mediodía.

Bolsonaro ya se sometió a pruebas de coronavirus con anterioridad y generó mucha polémica su negativa a hacer públicos los resultados.

Desde el principio de la pandemia Bolsonaro ha alentado aglomeraciones y ha saludado constantemente a simpatizantes, en muchas ocasiones sin máscara de protección.

Más aún, ayer vetó otros dos artículos de la ley sobre el uso de mascarillas en lugares públicos para enfrentar la pandemia, por lo que dejó de ser obligatorio en las hacinadas prisiones del país, y suprimió la obligatoriedad de que los comercios expongan informaciones sobre el uso correcto de los tapabocas.

Brasil superó 65 mil víctimas mortales por el nuevo coronavirus y los casos registrados de la enfermedad en el país totalizaron un millón 623 mil 284.

Los bares y restaurantes de Sao Paulo volvieron a recibir clientes con 40 por ciento de aforo, sólo durante seis horas y con la aplicación de medidas de sana distancia a partir ayer, tras más de cien días de cuarentena parcial.

En Río de Janeiro, que también autorizó el regreso a los gimnasios, bares y restaurantes, el fin de semana se registraron aglomeraciones en diversos barrios, con grupos bebiendo y socializando sin mascarilla en la acera de los bares.

También se llenaron las playas, pese a que en la fase actual sólo están permitidos los deportes individuales, tanto en el agua como en la arena.

En Quito, trabajadores de distintos sectores protestaron ayer en rechazo a los efectos económicos de confinamiento. Trabajadoras sexuales, guardias y trabajadores de centros nocturnos exigieron la reapertura en esas instalaciones; empleados del servicio de transporte urbano bloquearon calles en demanda de un aumento de pasajes cuando la capacidad de las unidades se redu-jo para cumplir con las condiciones de bioseguridad.

En este contexto, los hospitales de Quito estaban saturados de pacientes con coronavirus y los servicios de cremación registraban una larga espera luego de que la flexibilización de la cuarentena disparó los contagios de Covid-19 en la capital ecuatoriana.

Siguen cuerpos en calles y casas de Bolivia

En Bolivia, el drama de muertos en la calle, otros que siguen insepultos en domicilios y muchos más de los que no se confirman aparentes contagios con Covid-19 se prolongaba ayer en Cocha-bamba, La Paz, Santa Cruz, entre otras ciudades, haciendo cada vez más evidente el colapso sanitario y de seguridad derivado de la pandemia.

Cuba reportó ocho nuevos casos positivos de Covid-19, después de incrementar el uso de muestras de PCR en tiempo real (reacción en cadena de la polimerasa, según sus siglas en inglés), lo que ha permitido detectar 2 mil 380 contagiados después de aplicar 186 mil 518 pruebas.

América Latina tiene el registro de 128 mil 315 muertes y 2 millones 926 mil 327 contagios. Estados Unidos contabiliza 130 mil 208 muertes y 2 millones 922 mil casos.

El funcionario de salud de Estados Unidos Anthony Fauci declaró que el estado actual del brote de Covid-19 en el país es una situación grave que debemos abordar de inmediato.

Estados Unidos todavía está hasta las rodillas en la primera oleada de la enfermedad, ya que nunca ha conseguido que el número de casos sea tan bajo como se había previsto, señaló Fauci, director del Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas.