Espectáculos
Ver día anteriorLunes 6 de julio de 2020Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
El ritmo de las pasarelas nos sometía a una presión tremenda
 
Periódico La Jornada
Lunes 6 de julio de 2020, p. a10

París. Cada vez son más las marcas independientes que buscan salirse de un sistema que, aseguran, las ahoga económicamente, en una carrera imposible con las grandes firmas.

De prisa y trabajando con los recursos a mano. Así está el diseñador español Alejandro Gómez Palomo antes de la presentación de su más reciente colección en la Semana de la Moda masculina de París, la primera digital debido a la pandemia.

Pero el fundador de la joven firma Palomo Spain admite que no está en absoluto descontento con la idea de limitarse a grabar un video en Madrid y colgarlo en línea el 13 de julio –fecha de su desfile–, en vez de organizar un pase en la capital de la moda como hace desde 2018.

No es fácil hacer un video, pero el ritmo de desfiles nos sometía a una presión tremenda, afirmó. Necesitábamos este descanso.

Palomo sale del confinamiento con serias dudas sobre si mantenerse en el calendario oficial de París, pese a la devoción que siente por los desfiles.

Te pasas el día buscando el sitio, pidiendo presupuestos, la gente quejándose de si la has puesto en primera fila o segunda... Al final, te das cuenta del gasto que representa y de que no repercute necesariamente en las ventas. Es diferente para las marcas con millones de euros que pueden permitírselo.

Su reflexión tiene amplia resonancia. Algunos decidieron incluso poner punto final a los desfiles, como el colombiano Esteban Cortázar y el brasileño Francisco Terra, al frente de su firma Neith Nyer.

Cortázar, el niño prodigio que debutó con 17 años en la pasarela de Nueva York, se siente harto. Es tan esnob y tan dura la presión sobre los jóvenes diseñadores que compiten con las grandes marcas: un día estás dentro y al siguiente, fuera, sostuvo.

No es el momento de deslumbrar. Para qué correr el riesgo de producir cosas carísimas que no se van a vender, insiste este diseñador volcado en un proyecto para crear empleo en su país.