Opinión
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Desde el otro lado

Los límites de Facebook

L

os límites de la libertad de expresión han cobrado inusitada actualidad a raíz de la forma en la que los medios, y en especial las plataformas digitales de comunicación, han dado cuenta de las multitudinarias manifestaciones en protesta por el abuso de la fuerza policiaca, cuyo blanco histórico han sido las minorías de color. La discusión sobre la libertad de expresión se torna aún más importante y ríspida cuando Facebook, Twitter y otras redes sociales similares son usadas para atacar, mentir y promover la violencia, como el presidente Donald Trump suele hacerlo contra quienes considera enemigos, hecho que va a contracorriente del buen juicio y prudencia que todo gobernante debería observar.

Dirigentes de las más importantes plataformas electrónicas han decidido advertir a los usuarios sobre la falsedad de dichos mensajes y su proclividad a la violencia. En un demoledor editorial, Thomas Friedman, ganador de tres premios Pulitzer, se pregunta: ¿Los barones de los medios podrán salvarnos de la toxicidad que circula en redes sociales?, y responde: ciertamente no Mark Zuckerberg, de Facebook, quien evidentemente es el Rupert Murdoch (Fox News) de su generación, cuyas esquivas referencias sobre la libertad de expresión están matizadas por el dinero sin importar que su plataforma sea usada para destruir la democracia.

Uno de los que consideraron necesario delimitar la irresponsabilidad en el uso de esos medios es Jack Dorsey, director de Twitter, quien decidió agregar una nota en algunos tuits del presidente de Estados Unidos sobre lo peligroso de las opiniones racistas, llamados a la violencia y mentiras contenidos en ellos. Desafortunadamente, la respuesta de Zuckerberg en Facebook fue totalmente diferente cuando, en una ambigua declaración, aludió que cualquier tipo de censura viola los principios deFacebook. En rechazo, decenasde trabajadores y sus gerentes pararon sus labores el viernes, algunos renunciaron, exigiendo se rectificara ese camino. Al día siguiente, Zuckerberg prometió revisar las normas y la laxitud con la que Facebook ha actuado, en lo que se ha considerado una deferencia a Trump.

Una vez más, el debate sobre los límites de la libertad de expresión en Internet será controvertido y resbaloso. En este contexto, vale recordar el viejo adagio lo que aplicas a tu enemigo se te pudiera aplicar mañana.