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Analizan factores genéticos en menores de 50 años con formas graves de Covid-19

Hay pacientes que pudieron correr un maratón en 2019 y en abril llegaron a cuidados intensivos, dicen

 
Periódico La Jornada
Jueves 7 de mayo de 2020, p. 2

París. Pacientes jóvenes y sin patologías anteriores se hallan en cuidados intensivos a causa del Covid-19. Este es uno de los misterios del virus, por ello los científicos siguen la pista a la predisposición genética.

Alrededor de 95 y 96 por ciento de enfermos graves son personas mayores que ya sufrían patologías diversas.

Sin embargo, el genetista Jean-Laurent Casanova estudia al 4 o 5 por ciento restante, esto es los menores de 50 años que se hallaban en buen estado de salud y son víctimas de formas graves del coronavirus.

Por ejemplo, alguien que podía correr un maratón en octubre de 2019 y que en abril de 2020 está en cuidados intensivos, intubado y con un respirador mecánico, destacó.

Variaciones silenciosas

La hipótesis es que estos enfermos tienen variaciones genéticas las cuales permanecen silenciosas hasta que tienen el virus, prosiguió el codirector del Laboratorio de Genética Humana de Enfermedades Infecciosas, en el Instituto Imagine de París y en la Universidad Rockefeller de Nueva York.

Por ello, el consorcio Covid Human Genetic Effort empezó a reclutar a pacientes principalmente de China, Irán, Japón, Europa y América del Norte.

A esos pacientes se les toma una muestra de sangre, se analizan sus secuencias de ADN y se seleccionan variaciones genéticas candidatas, para incriminarlas o exculparlas, indicó.

Jacques Fellay, del Hospital Universitario Vaudois y de la Escuela Politécnica Federal de Lausana, explicó: hoy día, tenemos la capacidad de disecar el genoma de los enfermos y ver si tienen una mutación rara que podría volverlos susceptibles al SARS-CoV-2.

La ciencia identificó en los años recientes las variaciones genéticas causantes de predisposiciones a varias enfermedades infecciosas, desde la tuberculosis hasta formas graves de gripe, pasando por encefalitis virales.

Pero la clave para el Covid-19 no está forzosamente relacionada con una mutación genética única, según los expertos.

Nuestras defensas inmunitarias funcionan un poco como el mecanismo de un reloj, cuyos elementos deben trabajar juntos, subrayó Fellay.

Puede que haya granos de arena en varios lugares del engranaje y cada uno de ellos puede ser diferente en un mismo grupo de pacientes, pero el resultado puede ser el mismo”, es decir, una forma grave de Covid-19, según este médico suizo.

Es por ello que debemos contar con una muestra muy amplia y una colaboración entre investigadores de todo el mundo, sostuvo Mark Daly, director del Instituto de Medicina Molecular de Helsinki.

Así, la iniciativa Covid-19 Host Genetic persigue reclutar al menos a 10 mil pacientes y compartir los resultados entre unos 150 centros de investigación, con la esperanza de lograr informaciones útiles durante el verano.

Pero el tiempo que se tarde en identificar las variantes genéticas involucradas dependerá de lo que nos reserve la señora naturaleza, sostuvo Fellay.

Si este trabajo diera sus frutos, podría conducir a pistas terapéuticas.

Si encontramos indicios que nos orienten hacia un gen para el que ya existe un medicamento, entonces podríamos simplemente reconvertir el fármaco, según Daly.

Pero no hay ninguna garantía.

Si no encontramos nada contra la deficiencia genética, podrían hacer falta cinco años para desarrollar nuevas moléculas, o lo que sería peor: si no se pudiera hacer nada contra la mutación o si los efectos secundarios de un tratamiento fueran demasiado importantes, insistió Fellay.

Por otro lado, la investigación genética sobre el nuevo coronavirus también versa sobre la diversidad de los síntomas y la resistencia de algunas personas.

Por ejemplo, enfermeras, médicos, parejas de pacientes que no desarrollan la enfermedad y ni siquiera se contagian, destacó Casanova.

Para estos casos, se trata de la hipótesis contraria: Estos individuos podrían tener variaciones genéticas que los vuelven resistentes al virus, concluyó el científico.