Las presiones financieras impuestas por el desgaste que la pandemia de Covid-19 ha dejado en varios sectores productivos se reflejan en un menor pago a los préstamos que la Asociación Mexicana de Entidades Financieras Especializadas (AMFE) vincula entre banca y empresas del sector automotriz y del campo.

En entrevista, Enrique Bojórquez, director de la asociación, explicó que actualmente los asociados que representa canalizan 400 mil millones de pesos en financiamiento a dichos sectores, pero comienzan a verse focos rojos en los pagos y se proyecta que la morosidad avanzará 30 por ciento al cierre del año.

Vienen una recesión bastante fuerte, desempleo y carteras vencidas que van a incrementarse de manera importante. Entonces, urge alguna estrategia de la banca de desarrollo que dé señales de vida, agregó al dar cuenta que entre los asociados de la AMFE gran parte de los recursos van al sector automotriz y en el campo restan otros 100 mil millones de pesos.

La industria automotriz, hasta el momento, apunta a ser una de las más afectadas por la recesión. Como una de las principales manufacturas de México, vinculada con las cadenas productivas de Estados Unidos y China, resintió bajas en todos los rubros.

Durante marzo, producción, exportación y ventas en el mercado interno reflejaron un desplome indiferenciado en el sector automotriz, en la medida en que la pandemia de Covid-19 profundizó el freno en las cadenas globales y sumergió a toda la economía mundial en una crisis de salud y económica.

En este sentido, Bojórquez recalcó que es necesaria una mayor presencia de la banca de desarrollo, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores y la Secretaría de Hacienda para crear un paquete más robusto para el sector de intermediación financiera.