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Son dueñas de departamentos; no cumplen medidas por Covid-19

Familias completas llegan a zona Diamante de Acapulco
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▲ Algunos turistas que se hospedan en condominios de la zona Diamante de Acapulco, acudieron a la playa Bonfil, pese a los exhortos de sana distancia y aislamiento ante la pandemia de Covid-19.Foto Héctor Briseño
Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 13 de abril de 2020, p. 29

Acapulco, Gro., Familias procedentes del centro del país propietarias de condominios o casas de segunda residencia en la zona Diamante de Acapulco, eligieron el puerto para pasar los días de Semana Santa, pero muchas de ellas sin respetar las recomendaciones de autoridades de distanciamiento social o aislamiento por la pandemia de Covid-19.

Si bien las cifras de ocupación hotelera reportadas por autoridades del ramo durante este fin de semana, fueron hasta de cero por ciento en este destino turístico, en un recorrido por el bulevar Las Palmas, zona de hoteles y edificios de condominios, y la carretera a la playa Bonfil y Barra Vieja, se observó a familias completas y personas de todas las edades pasear en bicicleta y haciendo ejercicio.

En playas como Revolcadero y Bonfil, grupos de jóvenes aprovecharon para hacer ejercicio o surfear, aunque en menor medida que en periodos vacacionales y fines de semana. Sin embargo, persistieron los reproches de prestadores de servicios, pues elementos de la Guardia Nacional impidieron a visitantes permanecer en establecimientos de la zona de playa, por lo que restaurantes permanecieron vacíos, y sólo algunos pudieron vender comida para llevar.

Paciano Saligan Melchor, vendedor ambulante de la playa Alfredo Bonfil, comentó: la mayoría del pueblo a esto nos dedicamos, al comercio, como no hay nada nos está afectando, luego no traen ni despensas, no traen nada, ni medicamentos, aparte prohíben la entrada a los turistas, ¿de qué nos vamos a mantener?.

Señaló que sí hay presencia de bañistas que vienen de la Ciudad de México, estado de México y Puebla, y algunos de Acapulco, pero son disuadidos con los operativos que realiza la Guardia Nacional, la policía Estatal o el Ejército Mexicano.

Saligan Melchor recordó que el año pasado, el mismo fin de semana había logrado vender muchos botellas con aceite de coco. Recordó: estaba casi llena la playa, de La Gloria a la entrada vendíamos aunque fuera poquito, para pagar las deudas en las misceláneas. Esto que pasa es difícil para nosotros porque no tenemos sueldo.

Explicó que en esta área hay alrededor de 230 comerciantes, pertenecientes a la agrupación Zona Diamante, afectados por las restricciones de las autoridades para evitar la propagación del Covid-19.

Raúl Isidoro Pacheco, quien labora de mesero a bordo de una cuatrimoto en la zona de Barra Vieja, relató: todo está cerrado, también las playas, tenemos la láminas que puso el gobierno, por eso no hay servicio, los clientes lo saben, por eso ni sillas se ven.

Advirtió que la disminución de visitantes a Acapulco ha sido gradual en años recientes, pero en este año la emergencia sanitaria por el coronavirus terminó con los ingresos de muchas familias.

El año pasado estaba alegre, ahora está triste, no sabemos cómo se va arreglar esto, y cuestionó: ¿qué vamos a hacer con la gente encerrada en la casa?, los que no tenemos sueldo, los que vivimos del turismo, estamos igual, esperando la ayuda del gobierno, preguntó.

Acapulco promedió ayer 4.5 por ciento de ocupación, la zona Diamante tuvo cero, la zona Dorada 1.3 y la zona tradicional, 2.8 por ciento.