Deportes
Ver día anteriorLunes 13 de abril de 2020Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Su retorno estaba pactado para marzo

La contingencia tomó por sorpresa a Ibeth Zamora; sólo pensaba en pelear
 
Periódico La Jornada
Lunes 13 de abril de 2020, p. 4

En San Cristóbal Huichochitlán, estado de México, fluía un rumor sobre una enfermedad que avanzaba. La boxeadora Ibeth Zamora, campeona mundial del CMB en peso mosca, estaba completamente concentrada en la preparación de su regreso al boxeo para el 28 de marzo pasado. Desde 2018, por asuntos administrativos y contractuales, no defendía su cinturón y este compromiso la tenía ocupada sin distracciones.

Cuando el cierre de establecimientos y el aislamiento por cuarentena fue necesario, el pequeño pueblo cercano a Toluca se quedó desierto. Los habitantes –cuenta Ibeth– se dedican a la confección de gorras y sombreros, el tejido de palma muy solicitado para el Domingo de Ramos en la Semana Santa; toda esa actividad y mercancía se quedó en casa de los artesanos.

Me tomó por sorpresa porque yo estaba muy concentraba y de pronto se vino toda la serie de medidas, relata Ibeth; el pueblo cerró comercios y las calles se quedaron vacías, fue sorpresivo para mí porque estaba muy metida en lo mío sin revisar medios de comunicación ni redes sociales, como si estuviera aislada del mundo y sólo pensaba en mi entrenamiento.

Con la expansión de la cuarentena también se sucedieron las cancelaciones de actos masivos; como fichas de dominó hubo anuncios de actividades y competencias que se anulaban. La pelea de Ibeth no sólo era una defensa de su campeonato, sino el regreso a la visibilidad de los aficionados y de una industria donde quien no pelea no existe.

Por supuesto que entiendo que esto es una emergencia y todo debe detenerse para impedir que se salgan de control los contagios, comenta la boxeadora; para mí era una ilusión muy grande, porque no he defendido mi cinturón desde hace tanto y después de algunos obstáculos por temas de contratos, estaba de vuelta. Ahora no sé cuándo regresaré.

Como en todo el país, en el mundo, los centros deportivos y gimnasios también cerraron sus puertas. El pequeño pueblo de San Cristóbal luce fantasmal y por las mañanas la única persona que recorre sus calles es la campeona del mundo en sus carreras de entrenamiento. Después regresa a casa y en un terreno del que dispone su familia continúa su preparación.

Tuve que disminuir mi carga de entrenamiento por indicaciones de mi entrenador, explica; él mantiene la cuarentena y me envía mis programas por mensajes y yo me ocupo de seguirlos aquí en casa, pero bajamos la carga hasta un 40 por ciento.

La vida de San Cristóbal se modificó de manera radical –cuenta Ibeth–, entre otras razones porque a pesar de ser una comunidad pequeña tienen un caso de contagio. Cerca de la localidad también se ubica un hospital con actividad comercial en los alrededores, pero ha sido elegido para atender casos de Covid-19. Esto ha obligado a los vendedores informales de comida a interrumpir su negocio.

Casi todas las actividades tienen que modificarse con esta pandemia, finaliza; los boxeadores también tenemos que esperar a ver cómo salimos de esta etapa. Nadie sabe cuándo regresará la normalidad, pero si alcanzo a tener una defensa me sentiré afortunada. Lo único que pienso es que ese momento tarde o temprano llegará.