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Barra Vieja, un pueblo fantasma, por cierre de playas y falta de turistas
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▲ Dueños de restaurantes y trabajadores de Barra Vieja, Acapulco, lamentaron que, pese a que aún no hay contagiados por Covid-19, muchos no tienen para comer, por lo que sobran reproches para los gobiernos municipal y federal.Foto Héctor Briseño
Corresponsal
Periódico La Jornada
Sábado 11 de abril de 2020, p. 26

Acapulco, Gro., Las calles del poblado de Barra Vieja se asemejan a las de un pueblo fantasma, donde lo único que se ve son lugareños, y aunque no hay aún contagiados de Covid-19, muchos no tienen para comer, por lo que sobran reproches para los gobiernos municipal y federal, pues la ayuda para los más afectados, tiene una llavecita.

A diferencia de 2019, este Viernes Santo cientos de sillas, mesas y tablones permanecieron vacíos, apilados bajo enramadas y establecimientos edificados con base de cemento, palma y madera. Algunos pescadores lanzan la red en la laguna de la barra en busca de peces, que por ahora son su alimento.

El cierre de playas debido a la pandemia afecta a la mayoría de habitantes del oriente de Acapulco. Aunque sobre la ciclovía y la carretera a Barra Vieja, en la zona Diamante, se ejercitan numerosas familias procedentes del centro del país, que se refugiaron en este puerto para pasar la cuarentena en un clima tropical, elementos de la Secretaría de Marina y Guardia Nacional no los dejan permanecer en playas y albercas.

De ser un lugar mágico nos convertimos en un lugar de fantasmas, donde no hay nadie con todo esto que está pasando, los más perjudicados somos los que vivimos del turismo, dijo Rosita Cabrera Cortés, dueña y cocinera de un restaurante junto a la laguna.

Advirtió que el año pasado a esta altura de la Semana Santa ya estábamos llenos todos los restaurantes de Barra vieja. Todos lo estamos resintiendo, pues ya no hay turismo y de eso sobrevivimos.

Explicó que algunos locales permanecen abiertos pues muchas familias tienen cocina en los restaurantes.

David Silva Calixto, del poblado de Lomas de Chapultepec, quien labora en Barra Vieja, manifestó: No hay nada, estamos de la patada, la ayuda no ha llegado desde hace 15 días, no tenemos clientes, tenemos que llevarle algo a la familia, todo está cerrado, no hay clientela; es la Semana Mayor, esperamos que haya algo, porque la costa está triste.

Evocó con nostalgia: Hace un año a esta hora estábamos saturados, había demasiada gente, a las 9 de la mañana llegaban a apartar mesa; pero ahora a cualquier lugar que vayan está igual, vacío.

María Luisa Navarrete, propietaria de un restaurante, enfatizó: En una Semana Santa normal, no nos damos abasto con los clientes, no hallábamos dónde meter los carros, pero ahora por esa enfermedad (Covid-19), desde el primero de marzo todo está triste.

Agregó que vienen los clientes y se quieren bañar en la alberca, pero tenemos prohibido, supimos que multaron a otros. Navarrete lamentó: De aquí nos mantenemos, de aquí comemos, donde quiera está afectado, aquí al menos nos contenta que no se han muerto ni hay enfermos de coronavirus, pero la cosa está fea.

Politizan reparto de ayuda

Prestadores de servicios consultado señalaron que se han entregado algunas despensas por parte del gobierno municipal, pero son repartidas con criterios políticos.

En Acapulco, choferes de la ruta Hospital-Vacacional, se manifestaron en Promotora Turística para exigir apoyos al gobierno estatal, al expresar que tienen casi 20 días sin laborar, pues no hay pasaje en las calles. Mientras, pobladores de la colonia Vista Hermosa bloquearon al mediodía ambos sentidos de la carretera Acapulco-México, en el punto conocido como la Cima, para exigir despensas al gobierno municipal.

La ocupación hotelera promedió en Acapulco este viernes 0.2 por ciento, pero muchas familias han llegado a condominios y departamentos.