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Para afectados por Covid-19, créditos y más plazos para adeudos
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▲ En el tema energético hay muchos retos y se necesitaba más tiempo, afirma Gabriel Yorio.Foto José Carlo González
 
Periódico La Jornada
Martes 17 de marzo de 2020, p. 23

El gobierno federal considera sacrificar una proporción del superávit primario de este año para inyectar recursos con el fin de enfrentar los efectos del Covid-19. Lo anterior, ante la imposibilidad legal de contratar deuda adicional e incurrir en mayor déficit.

Adicionalmente, se implementarán estímulos a empresas e individuos afectados en términos económicas por el nuevo coronavirus.

Gabriel Yorio González, subsecretario de Hacienda y Crédito Público, explica que la medida de relajamiento en el superávit primario (que mide los ingresos, menos los gastos, sin incluir el pago de deuda) tendrá que estar vinculada con incentivos económicos que tengan impacto en la economía o en la infraestructura.

En una conversación con La Jornada en el contexto de la 83 Convención Bancaria, Yorio aseguró: Creo que (reducir el superávit primario) no va en contra del espíritu que teníamos hace un año de mandar esa señal a mercados, inversionistas y ciudadanos, principalmente, de que somos responsables en términos de finanzas públicas.

Entre los apoyos destacan: líneas de crédito, refinanciamiento de deuda y otorgamiento de garantías para que las microempresas puedan acceder a préstamos de la banca comercial. Para los individuos se aplazaría hasta un trimestre el pago de impuestos.

Yorio asegura que este tipo de medidas son las que estamos analizando y pronto las vamos a hacer públicas, pero estarían enfocadas precisamente en proveer mayor liquidez a individuos y empresas.

–¿Se ha estudiado mover la meta presupuestal, digamos un déficit un poco mayor, un superávit inferior o alguna medida de ese tipo?

–Es muy buena la pregunta, porque tenemos obligaciones que están en las leyes de Responsabilidad Fiscal y de Presupuesto. Todo lo que está ahí genera deberes para los funcionarios. Si quisiéramos modificar eso tendríamos que pedirlo al Congreso, pero tenemos un objetivo que ha sido siempre uno político, que es alcanzar un balance primario de 1.1 en 2019, que cumplimos, y de 0.7 en 2020.

“No podemos incrementar más la deuda, porque está aprobada por ley. Además, es una responsabilidad fiscal de ley. Tampoco podríamos aumentar más el déficit autorizado, el cual está fijo y nos permite cuadrar los balances ingreso-gasto, pero el superávit primario es una señal de compromiso político de finanzas sanas que nosotros tomamos desde el inicio de la administración.

“¿Por qué lo tomamos? Porque el balance primario es: ingresos menos gastos, excluyendo los intereses. Esto significa que debemos generar el ahorro suficiente para pagar la deuda y no utilizar ésta para cubrir intereses. Eso es lo que te sacaría de una senda de sostenibilidad.

“Creo que no va en contra del espíritu que teníamos hace un año de mandar esa señal a mercados, inversionistas y ciudadanos de que somos responsables en términos de finanzas públicas.

En este momento no está peleado ese potencial de relajamiento del superávit primario. Además tenemos, por ejemplo, capital en los bancos de desarrollo que podemos utilizar. Eso no pega al balance. También nos estamos coordinando mucho con los gobiernos de estados y municipios, por el lado del sector salud y vamos a empezar a hacerlo por el de Hacienda, porque también van a tener que participar. Esta es una situación en la que todos vamos a tener que alinearnos para enfrentar una situación que viene de afuera.

Anticipó que ante un eventual crecimiento del número de casos del nuevo virus en los meses próximos, vamos a hacer el anuncio, si suspendemos actividades. Algunas empresas probablemente no van a tener ingresos, podrían enfrentar problemas de liquidez y les queremos acercar líneas de crédito, de la banca de desarrollo, para que puedan acceder a fondeo las que actualmente tengan línea de préstamo.

“Con la banca de desarrollo podríamos ver esquemas para darles mayor gracia o para que puedan refinanciar la deuda y durante esos meses no tengan que estar pagando deuda.

“También queremos a empresas que actualmente no son parte del sector financiero, porque no tienen historial crediticio, son nuevas o muy chiquitas y, a veces, son percibidas como muy riesgosas. Queremos un esquema de contragarantías que nos permita absorber ese peligro y darles una línea de préstamo que les posibilite pasar esta eventualidad.

“Lo mismo con los individuos. Si hubiera despidos o por alguna razón no nos podemos presentar a nuestro trabajo y tenemos que cuidar a nuestros hijos, va a haber una pérdida de ingresos en las personas y también de manera individual podrían enfrentar un reto importante de la liquidez y ahí querríamos ver qué tipo de medidas les podríamos dar para mitigar ese efecto en los siguientes meses que vamos a ver un mayor despliegue del virus.

“Una idea puede ser con la declaración de impuestos. No necesariamente que no paguemos, pero que lo hagamos tres meses después. Ese tipo de medidas son las que estamos analizando y pronto las vamos a hacer públicas, pero estarían enfocadas precisamente a proveer mayor liquidez a individuos y empresas.

–¿Esos estímulos fiscales de los que han hablado son los mismos de los que se platicó anteriormente?

–Algunos se parecen, porque no todos los sistemas son iguales. Por ejemplo, Estados Unidos no tiene un sistema de salud público. Todo es privado. Una prueba de Covid-19 puede costar hasta mil 500 dólares. Nosotros contamos con un sistema público con sus retos, pero es diferente la estructura que podemos tener para reaccionar.

En China parecía que no había necesariamente capacidad instalada en hospitales. Nosotros estamos evaluando la nuestra y por eso tenemos que aprovechar bien este mes de ventaja que tenemos, porque si no somos puntuales en el seguimiento de las fases lo que puedes provocar es una concentración muy alta de diagnósticos y te rebasa la capacidad instalada. Lo que tienes que hacer es suavizarlo, que sea más largo, pero que no supere tu capacidad instalada.

–¿Cuál es el llamado a la banca comercial, porque también hay muchos acreditados que pueden verse afectados como individuos y también como empresas? ¿Qué va a hacer la SHCP? ¿Va a platicar con los grupos financieros para que haya algún apoyo, cierta medida adicional?

–Más que un llamado, ellos, la Asociación de Bancos de México (ABM), los miembros de ésta, nos plantearon precisamente la pregunta: ¿qué vamos a hacer? Y ya tienen muy claro qué quieren hacer. Primero, no van a suspender la provisión de crédito. Es muy importante que la banca privada, que provee más crédito al sector, no contraiga esta oferta. Segundo, que también estén abiertos a refinanciar. Eso lo expresaron. Entonces, antes de hacerle un llamado, la ABM, por sí misma, lo puso sobre la mesa. Probablemente habrá esquemas donde la banca privada y pública van a tener que converger, ya sea que nosotros pongamos algún tipo de garantía y ellos puedan mantener el despliego de crédito, pero estamos muy coordinados.

–Una de las cosas que ya se estaban esperando antes de que el tema de coyuntura se volviera mayor era el paquete, el proyecto de inversiones para el sector energético. El Presidente dijo que se anunciaría esta semana. ¿Qué hay de ese paquete? ¿Cómo va?

–El paquete energético se ha estado discutiendo desde la primera vez que hicimos el anuncio del paquete de infraestructura; sin embargo, en el tema energético hay muchos retos y creo que necesitaban más tiempo, sobre todo la Sener, la Oficina de la Presidencia y los privados que están sentados en la mesa para irlos dirimiendo.

“La mayoría de los proyectos que son rentables se quieren poner en esas zonas y no necesariamente donde los necesitamos. Esta coordinación ha tomado más tiempo, la está llevando la Oficina de la Presidencia. Están tratando de dejar las reglas claras en cuanto a dónde querríamos ver participación privada, dónde es estratégico y hasta por seguridad nacional tenerlo. Eso es lo que está dirimiendo el grupo de infraestructura.