Sociedad y Justicia
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Eventos epidemiológicos obligan a responder de forma rápida e independiente: investigadora
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▲ Un técnico rocía desinfectante a una vivienda en Escobedo, Nuevo León, como medida preventiva ante el coronavirus.Foto Afp
 
Periódico La Jornada
Lunes 16 de marzo de 2020, p. 30

Debido al coronavirus (Covid-19), un brote de sarampión, así como por un alarmante crecimiento de los casos y fallecimientos por contagio del dengue en los dos años pasados, México enfrenta varios flancos epidemiológicos, en un panorama que se presenta complicado, expresó Sonia Mayra Pérez Tapia, directora ejecutiva de la Unidad de Investigación en Bioprocesos de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del Instituto Politécnico Nacional (IPN).

Para este año, en el caso del dengue, las cosas no pintan bien, pues hay una inercia desde el año pasado, dijo la investigadora, quien se congratuló de que en el país prácticamente no hay casos de zika ni chikungunya, además de que las autoridades sanitarias han demostrado capacidad para controlar estas situaciones. Desde mi perspectiva, las estadísticas y las acciones que están haciendo, dentro de sus posibilidades, están bien, dijo la también académica del Departamento de Inmunología de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas y reconoció el trabajo de las autoridades para recopilar y transparentar la información epidemiológica.

De acuerdo con estadísticas del sector salud, las cuales se actualizan de manera permanente, muchas de ellas de manera semanal, se triplicaron los casos de dengue en el país, al pasar de 13 mil 333 al cierre de 2018, a 41 mil 505 en 2019. En tanto, el número de decesos pasó de 75 a 191.

Desde el inicio de 2020 y hasta el pasado 9 de marzo, el país ha registrado mil 90 casos de esta enfermedad, más del doble que en el mismo periodo de un año antes. De los confirmados de dengue, 67 por ciento corresponde a Veracruz, Tabasco, Quintana Roo, Guerrero y Jalisco.

En entrevista, Pérez Tapia dijo que ese padecimiento se está atendiendo y que requiere atención más factorial. Para el dengue, añadió, no existe una vacuna efectiva, “por lo que el reto es controlar el vector y de esa forma evitar su transmisión, a través de la picadura de mosquitos hembras de la especie Ae. Aegypti y Ae. Albopictus.”

Agregó que este tipo de eventos epidemiológicos –Covid-19, sarampión y dengue– ponen de manifiesto la necesidad del país de dar una rápida respuesta tecnológica; es decir, tener la posibilidad de generar vacunas y soluciones terapéuticas.

Respecto del tema del sarampión, la última epidemia registrada en el país ocurrió entre 1989 y 1990 cuando se reportaron 89 mil 163 casos; el último autóctono fue en 1995. En el periodo de 2000 a 2020 se han identificado 211 casos importados o asociados a importación, incluidos los 10 identificados por el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica en este mismo año en la Ciudad de México, lo cual despertó ciertas alertas.

Aunque el país está creciendo en el número de investigadores que podemos aportar y a recuperar nuestro poderío biológico, todavía es necesario aumentar nuestras capacidades de recursos humanos y tecnológicos, pues hasta ahora estamos a expensas de lo que se produzca en el extranjero, dijo la investigadora