En el país se espera una severa temporada de incendios forestales debido a las condiciones de sequía, a que será un año más cálido que el anterior y a la reducción presupuestal para atender 70 millones de hectáreas de bosques y selvas. A esto se agrega que esos siniestros afectan la calidad del aire, ya que generan partículas suspendidas, uno de los contaminantes atmosféricos más dañinos para la salud.

En conferencia de prensa, organizaciones ambientalistas hicieron un llamado al gobierno federal y al Congreso de la Unión para que transfieran recursos adicionales ante un periodo de conflagraciones que se prevé intenso desde este mes y hasta mayo, los meses de mayor insolación.

Gustavo Sánchez, director de la Red Mocaf, dijo que la Comisión Nacional Forestal perdió 30 por ciento de la capacidad de recursos humanos y se redujeron los apoyos al programa de Fomento, con el cual se favorece el manejo forestal y se reducen los siniestros. Destacó que 1 por ciento de los incendios se origina por causas naturales, 26 por ciento se debe a la expansión de la actividad agrícola y 42 por son ciento es por actividades ilícitas, como los casos ilegales de expansión de cultivos de soya en Campeche.

En un seguimiento de 50 años, expuso, en la década pasada se han presentado los peores años en materia de incendios. Destacó que el programa Sembrando Vida tiene 10 veces más recursos que la Conafor.

Los efectos del cambio climático y los incendios no sólo afectan a la gente, sino que tienen efectos en la biodiversidad, explicó Óscar Moctezuma de Naturalia. Hay preocupación porque no existe una postura responsable del gobierno ante la amenaza creciente de esos fenómenos, el presidente no habla del cambio climático, indicó. Agregó que hay sequía extrema, altas temperaturas y menos humedad.

Se refirió a que en 2019 se siniestraron 633 mil hectáreas, en las cuales podrían haber muerto 63 millones de animales vertebrados, se pierden especies polinizadoras que dispersan semillas y se afecta a comunidades rurales. Por lo menos, dijo, deberían destinarse 500 millones de pesos al programa que sustituyó al de empleo temporal.

Stephan Brosdiak, del Observatorio Ciudadano de Calidad del Aire mencionó que durante el año pasado la combinación de sequía, alta temperatura e incendios forestales, sumados al bajo viento en el Valle de México ocasionaron varios días de contingencias ambientales.

Esos siniestros, afirmó, generan partículas suspendidas, extremadamente dañinas para la población, ya que se desplazan al torrente sanguíneo, no hay barrera que los contenga, se acumula en los órganos y pueden llegar al cerebro.

Gustavo Alanís, director del Centro Mexicano de Derecho Ambiental, sostuvo que ante el panorama que se avecina, la sociedad y el gobierno deben actuar en forma preventiva. No se ve una política ni acciones encaminadas a la prevención, aunque ya se sabe que nueve de cada 10 incendios son causados por la gente, aseveró.