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Lozoya-Ancira-Covarrubias // Fertilizantes: barril sin fondo

E

milio Lozoya duerme en una prisión madrileña y uno de sus socios, Alonso Ancira, hace lo propio en una cárcel malagueña. Más allá de sus infinitas tropelías, la pareja ha ganado las portadas de los medios de comunicación sólo por uno de sus muchos asaltos en contra de la nación: la compraventa de Agro Nitrogenados, un consorcio de fertilizantes privatizado, a precio de remate, en el salinato (en 1992 a favor del segundo de los presos referidos) y reingresado, a precio inflado, al inventario del Estado (en 2013, por el primero de los reos en mención) con Enrique Peña Nieto (también le gusta la capital española, pero todavía no lo embodegan en un reclusorio de esa localidad).

Esa compraventa motivó las órdenes de aprehensión en contra de Lozoya y Ancira, que ya fueron ejecutadas (una en mayo de 2019, la otra en días pasados). De ahí que ahora el par de pandilleros duerma en chirona, en espera de ser extraditado a México. A ello deberá sumarse la investigación judicial sobre otra adquisición (Fertinal) en una operación similar a la anterior, en la que brilla otro miembro del clan, Fabio Covarrubias.

Mucho se ha dicho y escrito sobre esto, pero poco se conoce (más allá del atraco al erario y el elevado grado de corrupción) sobre el efecto concreto en la parte productiva de Pemex, en el entendido que dichas adquisiciones tenían como fin (versión oficial) incrementar sustancialmente la producción interna de fertilizantes, dada la creciente dependencia del mercado foráneo.

Pues bien, la Auditoría Superior de la Federación (ASF), por medio de su informe de resultado de la fiscalización superior de la cuenta pública 2018, nos regala un paseo temático, en el que destaca que en ese año “Pemex Fertilizantes (…) destruyó valor económico en su operación por 2 mil 839 millones de pesos”, de tal suerte que no contó con base gravable para cubrir su aportación impositiva y, por ende, no tuvo recursos para cubrir el retorno esperado por los acreedores patrimoniales y de deuda; por la subutilización de su infraestructura productiva, así como su producción fue insuficiente para atender la demanda de productos en el mercado.

Con Lozoya, Pemex erogó alrededor de mil millones de dólares para adquirir, a precio inflado, Agro Nitrogenados y Fertinal (ambos en condición de chatarra), y al final de cuentas lo único que logró (más allá de su tajada en el negocio y la mayor rebanada para Ancira y Covarrubias) fue provocar un daño adicional y creciente a la ex paraestatal.

Para el Estado mexicano el negocio Lozoya-Ancira-Covarrubias exigió más y más dinero. La ASF lo resume así: Pemex Fertilizantes no logró establecer una estructura y organización corporativa conforme con las mejores prácticas internacionales; careció de sistemas y procesos eficaces para prevenir, detectar, atender, mitigar, dar seguimiento y sancionar riesgos de corrupción; operó con opacidad y sin planeación ni visión estratégica; observó falta de interés por parte de los miembros de los cinco consejos de administración para asistir y tratar los principales problemas.

Ello se reflejó en lo operativo y financiero: Si bien se han invertido (adicionalmente) 20 mil 771 millones de pesos para producción, comercialización, mantenimiento y ejecución de proyectos de inversión, no se ha logrado operar en condiciones óptimas en ninguna de las unidades de negocio; no se contó con materia prima suficiente y se registraron fallas continuas en las plantas, que ocasionaron se detuviera su operación en 7 mil 333 ocasiones en Fertinal, 22 en Cosoleacaque y que ProAgro (antes Agro Nitrogenados) continuara sin operar; incrementaron costos de producción y los productos elaborados fueron insuficientes para atender la demanda; los recursos no se administraron con eficiencia, eficacia y economía.

Y sólo es una muestra.

Las rebanadas del pastel

La mafia de los medicamentos perdió a uno de sus operadores: fue destituido Miguel Ángel Celis, Lord manotazos (hasta ayer director general del Instituto Nacional de Neurología).