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ONG: nuevas caravanas migrantes son de gente que ya fue deportada
 
Periódico La Jornada
Martes 11 de febrero de 2020, p. 11

Madrid. Este año empezó con la integración de nuevas caravanas de migrantes centroamericanos, y aunque son menos numerosas que en otras ocasiones, tienen entre sus participantes a muchos que ya han sido deportados por México y Estados Unidos en virtud de las recientes medidas adoptadas por ambos países, alertó el Consejo Noruego para los Refugiados (NRC).

Los centroamericanos se enfrentan a una elección imposible: huir de nuevo bajo circunstancias peligrosas y arriesgarse a ser secuestrado, víctima de abuso o asesinado en manos de los grupos del crimen organizado o a quedarse en sus países de origen y enfrentarse a la violencia y extrema pobreza, afirmó la directora para Honduras del NRC, Dominika Arseniuk.

De ese país, junto con El Salvador y Guatemala, han partido en lo que va del año dos caravanas de migrantes –de manera específica desde San Pedro Sula, la segunda mayor ciudad–. Muchos de los que formaban parte de la segunda, que salió el 31 de enero, ya habían participado en la primera, pero fueron deportados.

Me devolvieron, pero he decidido volver a ir. Intentaré llegar a Estados Unidos tantas veces como sea necesario porque mi país no es seguro para mí, cuenta Óscar, que ya ha intentado sin éxito cruzar en seis ocasiones desde 2018.

No cederé hasta que encuentre un lugar seguro donde vivir en Estados Unidos, asegura este hondureño que salió en la primera caravana del año para escapar de las amenazas de muerte en su contra por parte de las pandillas.

Para evitar las estrictas medidas de seguridad que recientemente han impuesto tanto Guatemala como México, bajo presión de Estados Unidos, los migrantes han optado ahora por viajar en pequeños grupos dispersos a pie y en camión. Así, mientras la primera caravana del año contaba con unas 4 mil personas, en la segunda iban inicialmente alrededor de unas 100.

En sus países de origen, asegura Arseniuk, hay situaciones similares a las de las zonas de guerra, de ahí el que mujeres embarazadas, menores de edad y ancianos opten por iniciar el peligroso viaje hacia Estados Unidos y México una y otra vez.

Agregó que en el camino necesitan comida, un refugio seguro y atención médica, pero lo que más necesitan es protección.

La representante de esa ONG recuerda que los Estados están obligados a respetar el principio fundamental de no repatriación, previsto por el derecho internacional.

Nadie necesitado de protección internacional debería ser deportado de vuelta a Honduras o El Salvador, países donde sus vidas podrían estar bajo amenaza directa, reivindicó Arseniuk.