Al cumplirse 39 años del asesinato del dirigente social y profesor Misael Núñez Acosta, educadores de diversos estados conmemorarán su legado en el municipio de Tulpetlac, estado de México, donde se realizará un acto político para recordar su lucha y su entrega a la búsqueda de un país más justo, pero también más solidario. Ésa fue una de sus grandes enseñanzas: la solidaridad con todos los sectores, afirmó José González Figueroa, pionero en las luchas magisteriales desde mediados del siglo XX.

En entrevista con La Jornada, recordó que Núñez Acosta fue ultimado por tres pistoleros la tarde del 30 de enero de 1981, cuando salía de una reunión con padres y vecinos en la primaria que había fundado en Tulpetlac, entonces un barrio periférico de la capital del país, donde organizó a colonos y obreros para tener acceso a servicios básicos como luz, drenaje y agua potable, pero también para abrir escuelas, como la que fundó, donde este domingo se reunirán decenas de compañeros y luchadores magisteriales.

González Figueroa, dirigente magisterial con más de 50 años de servicio, destacó que la vida de Misael y su lucha no fueron en vano, porque nos enseñó que no hay causa social que pueda triunfar si no es en unidad con la comunidad. Fue un ejemplo de cómo el magisterio también debe cumplir con una labor de emancipación y justicia social.

Tras destacar que Núñez Acosta se convirtió rápidamente en uno de los principales líderes del movimiento magisterial en el valle de México y que organizó a trabajadores de diversas industrias en la defensa de sus derechos, dejó un legado de lucha comunitaria, que hoy más que nunca sigue vigente.

Misael, afirmó González Figueroa, fue uno de los más brillantes y destacados dirigentes del naciente movimiento que generó la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), pero también fue un visionario que entendió que la lucha de los maestros no puede avanzar sola, (pues) se requiere la unidad del obrero, del campesino, de las amas de casa, de los estudiantes. Sólo con una fuerza realmente colectiva se pueden alcanzar esos ideales que hace más de 40 años nos hicieron salir a las calles.