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Ante la adversidad, nada como el arte para mantener el espíritu en alto: Aurora Cano

La dramaturga y directora presenta la obra Moscú en el Teatro El Galeón

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Moscú se desarrolla en la Rusia del siglo XX y el México del siglo XXI.Foto cortesía de la producción
 
Periódico La Jornada
Miércoles 22 de enero de 2020, p. 8

En el quehacer teatral existe una pregunta recurrente: ¿De qué sirve lo que hago? La cuestión se acentúa en un contexto adverso como el que enfrenta México en la actualidad, época en que la violencia, la corrupción y la pobreza abundan.

Para Aurora Cano, dramaturga y directora, es precisamente en los momentos más adversos cuando la pregunta se vuelve más perturbadora, más ruidosa, más visceral. Al mismo tiempo, la también actriz considera que es entonces cuando los puntos de vista se polarizan más, tanto en lo negativo como en lo positivo.

“La gente se exacerba para decir: ‘no, hay otras prioridades, como que la gente coma, tenga medicamentos’; y también del lado contrario, que es, en momentos de adversidad no hay nada más que el arte para que no se desmoralice la gente, para poder tener algo a qué aferrarse, para mantener el espíritu en alto”, explicó Cano.

La obra Moscú, más allá de tratar de responder a la pregunta, intenta que esta cuestión sea debatida. Aunque el tema para Aurora no es nuevo, pues pese a que la autora se ha hecho esa pregunta en diversas ocasiones a lo largo de su carrera sin obtener una respuesta clara, ella considera que los actos que van más allá de las necesidades básicas de supervivencia son lo que nos hace humanos.

Se trata de una pieza metateatral, lo que significa que se aborda al teatro desde dentro del teatro. La obra nos muestra a tres actrices cuyo objetivo es escenificar una obra de Antón Chéjov. De hecho, el nombre de la puesta en escena proviene de un guiño recurrente en los personajes del ruso: llegar a Moscú como símbolo de éxito.

Cano explicó, en entrevista, que esta es la primera vez que trabaja con una premisa tan ligada a su labor. Por lo que la directora dijo sentirse nerviosa de que al estar hablando de algo tan cercano, pueda perder la objetividad. La dramaturga también dijo que, aunque a veces el reclamo podría parecer una patología al ser un tema recurrente en el teatro, se trata de una obra de autoescarnio, es muy autocrítico lo que hacemos, explicó.

Moscú se desarrolla entre la Ru-sia del siglo XX y el México del siglo XXI. Lo que ha permitido a la dramaturga notar grandes diferencias entre épocas y lugares, pero también ha encontrado similitudes. Las diferencias son de estructura moral, hay una estructura moral totalmente distinta, vinculada al compromiso con otra persona. En una relación, por ejemplo, antes si las cosas es echaban a perder, se arreglaban; ahora se desechan, criticó.

La puesta en escena utiliza recursos como la luz para pasar de un espacio a otro. Hace alusiones a la relación del hombre con la naturaleza, antes no se veía romántico que te cayera la nevada, era amenazante. La idea era sobrevivir a lo natural.

De todas formas, Cano considera que existen inquietudes que permanecen, independientemente de la época. La fortaleza del amor, la posibilidad de que haya un futuro terrible, dudas sobre el vínculo con el trabajo, enumeró la actriz. Moscú también tiene como premisa que el único camino es el trabajo, dijo Aurora, lo que no ha cambiado es que hay que talonear.

Moscú es interpretada por Carmen Mastache, Teté Espinoza y Tamara Vallarta. La obra será estrenada el 23 de enero y estará disponible de jueves a domingo hasta el 8 de marzo en el Teatro El Galeón del Centro Cultural del Bosque.