Opinión
Ver día anteriorSábado 18 de enero de 2020Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
México SA

Empresarios incumplidos // Inversión, en el subsuelo

Foto
▲ Carlos Salazar, dirigente del CCE; el presidente Andrés Manuel López Obrador y Arturo Herrera, secretario de Hacienda, durante el anuncio del incremento al salario mínimo en diciembre pasado.Foto Cristina Rodríguez
T

ranscurren los meses, aumentan los discursos de la cúpula empresarial, un día sí y el siguiente también ésta fortalece su compromiso –retórico, desde luego– de jugársela por México, pero en los hechos los indicadores de inversión privada se mantienen en el subsuelo y ello se refleja no sólo en el raquítico comportamiento de la economía, sino en la menor generación de empleo y en la precarización del existente.

Si fuera por los discursos de los organismos empresariales, hace mucho que México formaría parte del primer mundo, con inversión productiva creciente y una oferta de empleo abundante y bien remunerada, todo digno de un país nórdico (no hay que olvidar que el empleo lo genera la iniciativa privada, no el gobierno).

Pero como hubiera no existe y la iniciativa privada nunca cumple con sus cacareados compromisos de inversión, la economía mexicana apenas se mueve, al igual que la generación de plazas laborales en el sector formal.

Como bien advierte el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico, de cuyo análisis se toman los siguientes pasajes, la recesión de la industria y de la economía en general tuvo como antecedente la debilidad de la inversión. La consecuencia ha llegado al empleo formal y, por tanto, al consumo; en otras palabras, al bienestar de las familias mexicanas. Desafortunadamente, la tendencia negativa de la inversión permite establecer que aún no se ha tocado fondo.

En 2019, el nulo crecimiento del producto interno bruto (PIB) fue consecuencia de la ausencia de inversión y representa una realidad que sintetiza la compleja situación que vive la economía nacional y permite entender su consecuencia social: la precarización del mercado laboral, una de las mayores fallas estructurales del modelo económico en México.

La consecuencia de la precarización del mercado laboral es el debilitamiento del consumo privado, es decir, del mercado interno: las familias mexicanas reducen sus compras de bienes y servicios ante la escasa generación de oportunidades laborales, que además son, en su mayoría, de dos salarios mínimos. La única forma de revertir lo anterior es a través del crecimiento económico, para lo cual se requiere de mayor inversión productiva.

Desafortunadamente, el Inegi muestra que la economía nacional va en otro sentido: hasta octubre pasado la inversión productiva se redujo 8.7 por ciento. En los primeros 11 meses del actual sexenio la contracción promedió una baja de 5.6 por ciento, el desempeño más frágil para el inicio de las tres últimas administraciones federales.

Por su parte, el consumo privado del arranque sexenal promedia un crecimiento de 0.9 por ciento, el de menor cuantía desde 1995. De acuerdo con el Inegi, el consumo de bienes de origen nacional tuvo un incremento promedio de 0.6 por ciento, superior al del sexenio previo pero inferior al de los dos anteriores. Por el contrario, el consumo de bienes extranjeros se elevó 2.3 por ciento, lo que muestra la elevada dependencia del mercado interno respecto a los bienes importados: se elevan el consumo de este tipo aún sin crecimiento económico y con una mayor precarización del mercado laboral.

La precarización del mercado laboral tiene una implicación directa sobre el bienestar de las familias mexicanas: la baja creación de empleo formal propicia el crecimiento de la informalidad –de por sí elevada– y disminuye la capacidad de consumo: en los primeros 10 meses de 2019 el aumento promedio del consumo privado fue de uno por ciento. Básicamente se tiene un incremento inferior al correspondiente al de la población, por tanto, hay una caída en términos per cápita.

Entonces, que los empresarios hablen menos e inviertan más.

Las rebanadas del pastel

México SA está en la mejor disposición de pagar 500 pesos por un boleto de la rifa propuesta por el presidente López Obrador, pero con la condición de que por ningún motivo gane el premio, porque ya no tiene espacio en la oficina ni con qué pagar el mantenimiento del TP-01, la costosa aeronave encargada por el comandante Borolas.