El 7 de enero dará inicio la segunda Reunión de Embajadores y Cónsules (REC) de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador y, a decir de Eduardo Rosales, internacionalista de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la gestión de la política exterior mexicana ha sido errática por desconocimiento o falta de coordinación.

Durante la REC del año pasado el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, transmitió una serie de directrices de la política exterior que giraron en torno a pensar una relación diferente con Asia, aplicar una política de coexistencia y correlación con América del Norte, voltear a ver al sur, especialmente a Honduras y El Salvador, así como defender el principio de no intervención, la solución pacífica de los conflictos y la cooperación para el desarrollo.

Luego de un año, para Rosales ninguna de estas guías se siguió a cabalidad. Acerca de las relaciones con Asia, expuso que comenzando con el titular del Ejecutivo federal, nuestro país estuvo ausente en el plano internacional.

El especialista reconoció aciertos en la gestión de Ebrard; sin embargo, la curva de aprendizaje ha sido muy prolongada.

Sobre la relación con Estados Unidos, ha sido francamente fallida, en particular la política migratoria pues, a decir de Rosales, estamos exactamente igual que como estábamos con la anterior administración.

Por lo que se refiere al principio de no intervención, opinó que fue mal entendido y aplicado. Por ejemplo, consideró que México no debió calificar lo ocurrido en Bolivia, pues ello no deja claro si es no intervención o sí intervención o intervención selectiva.

Para el internacionalista, a la administración le ganaron las filias, el discurso, esa intención de liderazgo de la izquierda latinoamericana.

En este contexto, la política exterior le pareció errática por desconocimiento, descoordinación o no saber escuchar a los que saben de la materia, es decir, a los integrantes del Servicio Exterior Mexicano.