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Para que quede claro

Hay que saber ganar… (y perder)

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▲ El equipo de Antonio Mohamed se recuperó de sus errores.Foto Ap
L

a victoria es justa. Inobjetable e indiscutible. Monterrey es nuevamente campeón del futbol mexicano justo antes de que se cumpliera una década de sinsabores mientras la banda de enfrente (Tigres) se cansó de cantar El Rey… Pero hoy no se trata de los de Garza García, hoy se trata de los pupilos de Antonio Turco Mohamed.

Yo no vi a nadie que le temblaran las piernas ni vi a nadie salir espantado del estadio Azteca. Monterrey ganó porque fue el equipo que se ajustó a las circunstancias y el que supo cómo superar al rival valiéndose de todas las condiciones y recuperándose de sus propios errores.

Pero el linchamiento generalizado en redes sociales, atacando al América, es absurdo, y no porque se ataque al América, sino porque en la forma desproporcionada en la que se habla al que le están quitando méritos es al equipo regiomontano.

Recuerdo que hace muchos años, 21 para ser exactos, Julio César Chávez perdió el combate de revancha ante Óscar de la Hoya, buscando el título mundial de peso wélter. Julio había dejado de ser campeón dos años antes, cuando perdió el cinturón superligero del CMB ante el propio Golden Boy, justo en la última actuación que subió a un ring como monarca del mundo. Tras el combate de 1996, Chávez jamás volvió a ser campeón. Pero aquel 18 de septiembre del 98, en la revancha, Julio estuvo en desventaja en peso, estatura, alcance y en edad… Por eso cuando ya no pudo seguir adelante después del trepidante octavo asalto, más que críticas ratificó para siempre el respeto que ya se le tenía.

El montón de vividores que lo rodeaban le decían que Óscar era poco menos que una basura en el ring, hasta que los callé en la Minivan en que íbamos del Thomas and Mack Center al Caesars Palace. “Decirle a Julio que perdió con un inútil de tercera no lo ayuda –les dije–; al contrario, perdió con un gran campeón y perder así es honorable y meritorio”.

Le he contado esta historia por el tema que hemos vivido. Decir que el Monterrey le ganó a un equipo maleta no agranda la victoria, por el contrario, la minimiza. Sobre todo porque fue un partido emocionante hasta el último momento y el América tuvo de rodillas al ahora campeón hasta que entramos a la parte final del tiempo reglamentario.

Si América es un equipito, ¿qué chiste tuvo ganarle?... ¿Fue un equipito quien hizo sufrir al Monterrey hasta el último momento? Si tan grande es el cuadro norteño, ¿porque debió esperar el equipo de Mohamed hasta el último penal para poder proclamarse campeón?... Tantas preguntas y casi ninguna respuesta.

Yo digo todo lo contrario, el América es un gran equipo, y si Rayados lo venció, se debe a que es un equipo aún más grande… ¿Coincidimos? Ahí se lo dejo, pero a la mayoría le gusta minimizar todo por un complejo de superioridad que distorsiona todo.