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Balance de la jornada

Aquí, los dueños desertan; en la MLS hay fila

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▲ Alan Pulido, reciente campeón goleador, emigró a la MLS.Foto Jam Media
L

os hombres de negocios y empresas inmersas en el futbol se han convertido en un club cada vez más reducido que ha dado al traste con el ideal de abatir la multipropiedad. Las historias de deserciones y de fortunas perdidas se suman torneo a torneo, y mucha culpa la tiene el mal manejo de la Liga Mx, pues los constantes cambios en el reglamento evidencian falta de seriedad y desalientan a cualquiera.

En consecuencia, aumenta el riesgo de partidos arreglados. Habrá tres choques fraternos en el próximo torneo: Atlas-Santos, Xolos-Querétaro y Pachuca-León. Y por más que federativos y dueños se esfuercen –en el discurso y en la cancha– por disipar sospechas, la realidad es que desde el armado de equipos, el propietario tendrá la opción de favorecer a una franquicia con más y mejores refuerzos en perjuicio de otra plaza, de otra afición.

En febrero de 2018 el llamado Comité de Desarrollo anunció que para buscar la estabilidad en los equipos de Primera División y del circuito de Ascenso, se lanzaba a la cruzada de impedir que los gobiernos estatales y municipales inviertan en equipos de futbol buscando limpieza y subir el nivel, puntualizó Gustavo Guzmán, entonces directivo del Atlas.

Guzmán, con un dejo de envidia y amargura, reveló que en la vecina MLS ( Major League Soccer de Estados Unidos) en una década los equipos aumentaron su valor de 15 millones de dólares a 100, y, lo mejor: ¡Hay inversionistas en lista de espera! Basta recordar la batalla del inglés David Beckham, quien demoró cuatro años –entre trámites burocráticos y oposición de la gente– para poner en pie al Inter Miami FC.

En México la lista es al revés: hacen fila para zafarse de la trampa. Grupo Salinas tardó más de un año en deshacerse del Atlas, otro tanto demoró la familia Vázquez Raña para vender al Querétaro. Rafael Herrerías, ex dueño del Veracruz, aseguró que en la Liga Mx ganan todos, menos el dueño. Gastan mucho, pero están sujetos a cambios de última hora, anteponiendo siempre los supremos intereses de las televisoras.

La lista de empresarios fugados es larga, a pesar de que muchos se beneficiaron con dinero de gobiernos estatales y municipales. No sólo Rafael Herrerías, también Antonio Leonardo Castañón, Salvador Martínez Garza, los hermanos López Chargoy, Mohamed Morales, Axel Bulle, Amado Yáñez, Carlos Ahumada y tantos más que, al perder el respaldo de las finanzas públicas, sencillamente se desmoronaron.

Con ligereza podría decirse que es consecuencia de la situación económica del país, pero una autocrítica podría revelar mucho más. Antes, los jugadores importantes sabían que ir a la MLS significaba desaparecer del mapa; ahora, la liga estadunidense, cada vez más competitiva, es una gran opción; ofrece seriedad, respeto al jugador y excelente paga. Allá ya está Alan Pulido, se enfila Edison Flores y pronto Chicharito Hernández...

En tierras árabes, el Monterrey tendrá que mejorar mucho más para vencer el miércoles al Liverpool y ubicarse en la final del Mundialito. Turco Mohamed tiene reducidas posibilidades ante el actual campeón de la Champions League, dirigido por Jürgen Klopp, también ganador del premio The Best. Sin embargo, en el futbol nada está escrito y el estratega argentino acaricia el sueño de vestirse de gloria.

América también juega su estrategia. Miguel Piojo Herrera, quien se ufanó de haber llegado a la final a pesar de sus detractores, optó por dar unos días de descanso a su plantilla, en vez de concentrarla y pulir hasta el último detalle hacia la final del día 29 en el estadio Azteca. El tiempo dirá si la medida de romper filas fue la adecuada.

Los otros tres grandes viven sus respectivos melodramas. Chivas sigue dando de qué hablar con la adquisición de jugadores, la ilusión está a tope. Cruz Azul planifica, aunque parece ir en la ruta para convertirse en un equipo del montón. Los Pumas generan angustia: lejos de reforzarse planean vender para hacerse de algunos dólares y quizás comprar.