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De nuestras jornadas

Salarios fuera del mercado

A

pesar de que Guerrero tiene la tasa de desempleo más baja del país, sus trabajadores perciben salarios por debajo de lo que se puede considerar decente –es decir, pagados según su real valor de mercado–, dijo el miércoles pasado el secretario de Trabajo y Previsión Social del estado, Óscar Rangel Miravete.

La cuestión salarial es piedra angular de la paz social. La falla fundamental de las propuestas de corte neoliberal en lo que respecta a los salarios y a prestaciones derivadas de éstos –las cuales tendrían que darse, en todo caso, en relación directamente proporcional con aquellos– consiste en pretender cobrar los servicios públicos y otros bienes y servicios a precios de mercado, pero mantener contenidos los salarios por debajo de su valor de mercado.

El resultado está a la vista. Por ejemplo, Chile, pero también en Ecuador y en Argentina. En cambio, en los países en que el trabajo es pagado según lo que vale en un mercado equilibrado, el hecho de que los servicios públicos sean prestados sin subsidio alguno, así como otros bienes y servicios, a precios que podrían en Latinoamérica parecer estratosféricos, no causan mayor controversia.

Si bien el gobierno federal mexicano, dirigido ahora por una fuerza política que, al menos en el discurso, rompe con la continuidad en varios ámbitos, ha decretado aumentos salariales dirigidos a resarcir el poder adquistivo perdido a lo largo de muchos años de crisis económicas recurrentes en el país, esa acción por sí sola es insuficiente.

Si no hay crecimiento económico, una continua alza salarial tiende a generar inflación, pues más dinero circulante se traduce en incremento de la demanda de bienes y servicios, que la planta productiva del país debe ser capaz de satisfacer pues, de no hacerlo así, por el efecto de la ley de la oferta y la demanda, los precios se ven forzados a subir.

Y en este sentido, las opiniones de entidades de análisis económico no dibujan una perspectiva halagüeña para la economía mexicana, pues ubican su crecimiento para este año en menos de 1 por ciento.

Y La economía del estado de Guerrero no será inmune a eso.