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Cuando un cantante gusta, el público quita solemnidad a la ópera: Javier Camarena

Por eso el género sigue emocionando, asegura el tenor que clausura hoy el Festival Internacional Cervantino

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▲ Javier Camarena con la soprano Karen Gardeazabal, también mexicana, y la directora del FIC, Mariana Aymerich.Foto cortesía del FIC
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Periódico La Jornada
Domingo 27 de octubre de 2019, p. 3

Guanajuato, Gto., El tenor Javier Camarena sostiene que la ópera sigue emocionando. Reconocido por sus bises en los principales escenarios del mundo, señala: El público le quita la solemnidad exagerada y demuestra cuando un cantante le gusta.

Camarena, quien clausura la edición número 47 del Festival Internacional Cervantino (FIC) este domingo, destacó que disfruta muchísimo lograr que las personas se conmuevan con su trabajo. “Al final de cuentas, si he tenido la oportunidad de hacer un encore o un bis, ha sido porque me lo piden”.

En el cierre del festival estará acompañado por la soprano mexicana Karen Gardeazabal y la Orquesta Filarmónica de Acapulco, dirigidos por Eduardo Álvarez e Iván López Reynoso.

Eso me hace ver con muchísimo optimismo el futuro de la ópera, porque va a seguir habiendo cantantes comprometidos y el público de cierta manera le quita la exagerada solemnidad. Me siento muy afortunado porque esto que yo quiero decir y comunicar con el canto sea tan valorado por tanta gente alrededor del mundo.

Camarena refiere que este año trascendió la trasmisión de La hija del regimiento, en el Metropolitan Opera: La emoción que yo puedo vivir a la hora de interpretar esas obras trascendió la pantalla. Quienes la vieron estaban igual de emocionados que todos los que estábamos en ese momento.

El tenor veracruzano, que iniciará el próximo año en Zúrich con el personaje de Ramiro, de La cenicienta, menciona que el futuro de la ópera será definido por las posibilidades económicas de cada teatro. No se puede obviar la parte en que el libreto dice que tienes que ver una puesta de sol o un barco que se está hundiendo.

La parte presupuestal, añade Camarena, está afectando a todo el mundo y haciendo que las producciones sean cada vez más minimalistas. En ese caso, se necesitan directores escénicos comprometidos con la ópera, inteligentes, que conozcan y respeten el libreto, que a pesar de que ya no va a ser tan gráfico, te den una idea clara de lo que está pasando.

“Desgraciadamente –porque siempre es muy bonito ver una producción majestuosa– para allá vamos. Lo que va a salvar (a la ópera) también serán los cantantes, que evolucionen a la par y estén más comprometidos con la parte actoral que requiere la ópera”.