Opinión
Ver día anteriorMartes 15 de octubre de 2019Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Ciudad perdida

Definiciones e indefiniciones de Morena

M

ucha tinta ha pasado ya bajo los puentes de la política en el caso de la sucesión en Morena, y como habría de esperarse, esa tinta trae el suficiente veneno como para tratar de dañar al gobierno actual.

Y sí, sin duda en Morena se han hecho los suficientes méritos como para merecer todas las críticas, las buenas y las malas. Todo ello porque en esa organización a nadie se le ocurrió vacunarla contra el virus del sol azteca que la ha mermado, y en serio.

El chuchismo, hoy representado por Ricardo Monreal y sus zombis, y los métodos de elección, además de la ausencia total de un liderazgo más allá del que representa el presidente López Obrador, han generado una etapa de agandalle que ha superado todo orden y toda la supuesta planeación democrática que se había previsto como base fundamental del instituto.

Pero parece que el caos es el ambiente en el que mejor se desarrolla o mejor le conviene a Morena. Y es que preservar el desorden tendría como condición no crear un perfil político para el partido y eso permitiría que nunca chocara con las decisiones de Palacio Nacional.

Por lo pronto, eso puede funcionar, dada la emergencia en la que se halla el país, pero cuánto tiempo podrá sobrevivir en el caos, caminando en el filo de lo ideológico, es decir, sin presentar un perfil político definido que permita al elector saber cuál será el rumbo que tome su elección.

La experiencia debe decirles, a las mejores mujeres y hombres de Morena, que en la indefinición siempre hay quien tome ventajas, y ese quien podría ser un enemigo de la izquierda, como ya sucedió en el PRD, pero como todos suponen que en la feria del agandalle en algún momento les tocará el turno, siempre esperan su momento.

Por eso, por la experiencia, es el momento de intentar, cuando menos, ir definiendo el perfil del partido sin que eso se convierta en la doctrina del quehacer cotidiano, sino el esbozo de una organización que busca cambiar los paradigmas del país.

Durante toda la semana habrá definiciones en Morena, y este debe ser el momento de conseguir un avance que dé la seguridad a la población y a los militantes de que Morena tomará su rumbo pasada la emergencia, y definirá el perfil que responda a los horizontes que requiere el país en términos de su desarrollo en lo económico y lo político.

De todas formas, si en Morena se equivocan los caminos, la vida de ese partido durará menos de lo que requiere el país. Poco se ha ganado hasta ahora, pero se tiene lo más importante: la confianza de la gente, que a fin de cuentas es el único tesoro de Morena, y si eso no lo entienden, están muertos.

De pasadita

Y en eso del desarrollo alguien tiene que llegar a Palacio Nacional para anunciar que durante casi todo el año la iniciativa privada ha estado engañando al Presidente, y desde luego a la población. Ya es hora de decir que no basta con las fotos ni con las conferencias de prensa.

La iniciativa privada es la responsable de las inversiones, de crear empleos, de propiciar el desarrollo, pero el mentís a todas las reuniones y fotos de grupo que se han dado en la Presidencia misma es la puntuación que las calificadoras le han dado al progreso de México, porque si alguien supone que sólo se califica al gobierno, se equivoca; sirven para presionar a los gobiernos para que se inclinen mucho más a la derecha, pero insistimos, la mitad del progreso le corresponde a los empresarios, se diga lo que se diga.

[email protected]

[email protected]