Funcionarios del gobierno federal encendieron las alarmas ante el incremento del tránsito de menores migrantes por nuestro país.

El año pasado, niños y adolescentes representaron 22.8 por ciento del total de extranjeros presentados ante la autoridad, pero este año (al corte del 31 de agosto) la proporción se ubica en 29.7 por ciento. La mitad de los menores proceden de Honduras y le siguen en cantidad los originarios de Guatemala.

En 2018 la autoridad detectó (y detuvo el avance) de 138 mil 612 extranjeros en presunta situación irregular, de los cuales 31 mil 717 tenían menos de 18 años. De ellos, 13 mil eran menores guatemaltecos y una cantidad similar provenía de Honduras. En ese periodo, los bebés y niños sumaron 15 mil 429, de los cuales mil 202 fueron registrados como no acompañados.

El escenario para 2019 es el siguiente: en los primeros ocho meses fueron detectados 144 mil 591 extranjeros, de los cuales 43 mil 27 no habían cumplido 18 años; casi la mitad (21 mil 839) son hondureños, mientras los guatemaltecos disminuyeron su ingreso al territorio nacional, al detectarse 12 mil 867 casos.

La mayoría de los menores (26 mil 32) son pequeños de cero a 11 años, de los cuales 2 mil 951 viajaban solos, es decir, sin la compañía de un familiar adulto. Igualmente, la mayoría de los niños no acompañados son originarios de Honduras.

Si bien a partir de junio pasado el flujo migratorio reporta una baja, adjudicada a las acciones de contención derivadas del plan bilateral México-Estados Unidos, el número de menores se sigue contando cada mes por miles.

El área de protección del Instituto Nacional de Migración brindó apoyo, de enero a agosto, a 10 mil 200 menores no acompañados (56 por ciento más que el año pasado) con asistencia de agentes especializados en infancia. A escala general atendió a 33 mil niños acompañados por algún familiar.

La titular del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), Rocío García Pérez, pidió a todos los gobernadores de los estados y a las presidentas de los DIF para sumar esfuerzos en torno a garantizar los derechos de las niñas, niños y adolescentes migrantes no acompañados, con el propósito de que ninguna niña, niño o adolescente permanezca en una estancia migratoria y procurar que sean trasladados a un centro de asistencia social.

El flujo migratorio persiste y sólo con estrecha colaboración, coordinación y comunicación entre las instituciones involucradas se puede garantizar la salvaguarda del interés superior de la niñez, advirtió durante la sesión del Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (Sipinna) realizada el jueves.

En ese encuentro, la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, pidió hacer eco del llamado de la directora del DIF, en particular con recursos humanos y materiales.

“Antes teníamos migraciones de mujeres y hombres jóvenes. Hoy cambió de manera muy importante: tenemos familias completas con niños menores, pero el problema más difícil que estamos enfrentando en este tema migratorio son los menores no acompañados.

Es importante que esto se visibilice, porque están en una grave situación, en condición extrema de vulnerabilidad, señaló.

Entre las comisiones de trabajo del Sipinna se instaló una para atender el problema de los menores migrantes y solicitantes de refugio.