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Por medio siglo de vida, el restaurante El Cardenal presentó su vino homónimo
 
Periódico La Jornada
Domingo 6 de octubre de 2019, p. a12

Tras una gestación, si es que la enología acepta el término, que tardó cuatro años, el vino El Cardenal hizo su aparición en las celebraciones del medio siglo del tradicional comedero capitalino que le da su nombre.

Producto de las fértiles tierras del Valle de Parras, en Coahuila, el caldo hizo su aparición en público hace un par de noches en un concurrido convite en la sucursal que se ubica frente a la Alameda Central. Marcela Briz, quien está al frente de la empresa familiar que se distingue por la defensa del patrimonio culinario nacional, se encargó de la presentación del nuevo integrante de la carta, en la que no estará por mucho tiempo, ya que su producción fue limitada y alcanzó para tres centenares de cajas, por lo que quienes deseen conocerlo habrán de darse prisa, pues sólo en los restaurantes podrán degustarlo. No está a la venta al público por acuerdo de la Casa Madero, su productora, y el restaurante El Cardenal.

Su composición es 70 por ciento uvas de la clase Shiraz –una de las siete mejores del mundo, como se dio a conocer–, el restante 30 por ciento procede de la Malbec, que a decir de expertos, le da una maduración fenólica y una concentración aromática.

Frutos rojos

El vino ha sido almacenado en barricas americanas y francesas que le dan su aportación –como señaló Víctor Absalón–, sin que lleguen a dominarlo, en las que pasan 24 meses, y un año más en envase de vidrio, lo que le da una intensidad media, elegante y compleja, como seguramente de ello podrán dar cuenta los conocedores.

Su aroma a frutos rojos, duraznos, manzanas y especias hace que sea de un gusto sutil para quienes saben de la materia, armonioso entre la acidez, alcohol y los taninos.

En este encuentro con amigos lo que vamos a degustar combina con nuestros platillos y enaltece a la industria vitivinícola mexicana de la que la Casa Madero es pilar, expresó Marce, llamada así por los clientes habituales.

Para la ocasión, de la cocina salieron suculencias como quesadillas de queso Oaxaca adornadas con crujientes chapulines, fideo seco y chiles rellenos oaxaqueños, para rematar con pastel de chocolate.

Francisco Rodríguez, enólogo de la productora, hizo referencia a que la tierra coahuilense del valle referido. Explicó que tiene una altitud de mil 520 metros sobre el nivel medio del mar, en un clima semidesértico de días cálidos y noches de aire frío y seco que inhiben los hongos e insectos, posibles atacantes de los viñedos, lo que es garantía para el producto final. También acudieron Daniel Milmo, de la casa productora; Manuel Ordaz, y Jerome Luciani, gerente del hotel Hilton, en cuyo edificio se ubica el restaurante.