Si Deontay Wilder, campeón mundial en peso completo, se enfrentará a sí mismo cuando fue medallista en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, el resultado sería una tragedia. Esta comparación la hizo el monarca pesado al presidente del Consejo Mundial de Boxeo, Mauricio Sulaimán, el fin de semana pasado. La realizó para manifestar su rechazo a que los boxeadores profesionales sean incluidos en el programa de competencias para Tokio 2020.

La convocatoria del Comité Olímpico Internacional para que participen peleadores profesionales en competencias a las que acuden amateurs en su mayoría, ha desatado un fuerte polémica sobre la pertinencia y los riesgos.

El CMB ha expresado su postura firme contra la posibilidad de enfrentarlos. El argumento principal es el peligro que aseguran representa para aquellos que no tienen experiencia en el deporte de paga.

El que un boxeador profesional puede competir en Juegos Olímpicos sin saber quiénes son sus rivales, además de que impide que un amateur persiga sus sueños, es inaceptable, sostiene Sulaimán.

El organismo ha advertido que los peleadores profesionales que participen en torneos amateur serían vetados por dos años. Sin embargo, la postura que predomina entre los campeones del CMB es unánime y rechazan que se mezclen dos tipos distintos de boxeo.

Me he comunicado con los campeones del CMB y manifiestan su absoluto rechazo a esa convocatoria, agrega Sulaimán; hablé con Wilder y le parece una locura; lo dice un ganador de la medalla de bronce en los Olímpicos de Pekín.

Sulaimán confiesa que es preocupante que la convocatoria que ha lanzado el COI incluye a púgiles profesionales sin ninguna clase de filtro y eso no sólo es injusto para el sueño olímpico de un joven amateur sino, además, puede provocar situaciones peligrosas.