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“‘Piensa no sólo en los indios muertos, también en los vivos’, me decía Gamio”

El historiador rememora en esta entrevista el origen de su interés en los pueblos indígenas

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▲ El maestro al recibir el Premio Amalia Solórzano de Cárdenas 2015. Lo acompañan José Narro, ex rector de la UNAM; Adolfo Gilly, y Cuauhtémoc Cárdenas.Foto Carlos Ramos Mamahua
 
Periódico La Jornada
Miércoles 2 de octubre de 2019, p. 4

No sólo pienses en los indios muertos, piensa en los indios vivos: así le decía su maestro Manuel Gamio a Miguel León-Portilla, quien se convirtió en uno de los más constantes y efectivos defensores del mundo indígena y de su pasado. Desde 1956, con su tesis La filosofía náhuatl estudiada en sus fuentes, se especializó en la cultura del México antiguo y en el rescate de sus textos.

–¿Por qué se dedicó a la historia? y ¿por qué particularmente a investigar sobre los antiguos mexicanos?

–Siendo niño todavía, en la casa no teníamos una gran biblioteca pero sí algunos libros, como la Historia antigua de México, de Clavijero, y eso me atrajo mucho; además, una hermana de mi padre estaba casada con el doctor Manuel Gamio, considerado, con razón, el iniciador de la moderna antropología en México.

“Gamio fue un hombre extraordinario, fue el primer graduado no estadunidense en la Universidad de Columbia, con Franz Boas, en un doctorado de antropología. Nos llevaba a visitar Teotihuacán, Copilco y muchos lugares; era un hombre muy abierto a los niños, llevaba caramelos en su bolsa y los daba, a veces con pelitos, pero bueno, los daba. Gamio me atrajo mucho a su labor y quién iba a decir que bastantes años después trabajaría con él en el Instituto Indigenista Interamericano. Gamio me decía: ‘No pienses sólo en los indios muertos, piensa en los indios vivos’, que ha sido fatal y yo he seguido su consejo.

–¿Qué es ser mexicano? Porque hay muchos Méxicos: el de los que no tienen nada, el de los que concentran la riqueza, el del norte, que es muy distinto al del sur.

–Es totalmente verdad. El doctor Gamio había escrito un estudio, porque hay muchos Méxicos, desde el tipo étnico, los yucatecos son diferentes, hablan con su acento así: ‘Caballo, ¿cómo sabes que soy yucateco?’, hasta los del norte: ‘Qué quiere, m’ijo, por qué nota usté que soy de Chihuahua’.

“Yo creo que en México sí hay discriminación, pero ésta se aminora con el dinero. Si un señor ricachón de las Lomas tiene una hija y ésta se enamora de un muchacho de extracción indígena bastante marcada, probablemente el padre –si el muchacho no tiene en qué caerse muerto– le va a poner un montón de dificultades, pero si está bien paradito, bueno, dice: ‘pues qué más me da’. Eso es una discriminación condicionada. Yo puedo decirle que, así como me interesé y me intereso en el pasado prehispánico, me intereso en los descendientes de esas gentes, lo que me decía el doctor Gamio: ‘Piensa no sólo en los indios muertos, piensa en los indios vivos’.

“A partir del levantamiento zapatista yo he apoyado las demandas que se hicieron, los Acuerdos de San Andrés Larráinzar, la autonomía, la personalidad jurídica de los indígenas. Yo se lo dije a varios presidentes, a Zedillo, y me contestó: ‘Yo no quiero traicionar a México’. Yo le dije: los indígenas no quieren ser independientes, está usted en un error. La Universidad Nacional es autónoma, pero eso no quiere decir que el rector quiera ser un rey. Si así tiene tanto problema, imagínese que el rector dijera que él es el rey, le iría como en feria. La autonomía de la universidad, que ha sido objeto de muchas discusiones, quiere decir que tiene capacidad para autogobernarse, para administrar sus recursos, para hacer sus planes de estudio, para elegir a sus autoridades. Pero en todo lo demás obedece a las leyes generales del país, se somete a auditorías.

Los indios no están de moda

“A mí me invitó el actual presidente cuando estaba electo; invitó a Tovar de Teresa, al actual que está en Conacyt, a Jaime Labastida y a otros seis para que le dijéramos lo que pensábamos. Yo acepté y le dije: lo que le voy a decir probablemente no le va a interesar, porque por desgracia los indios en México no están de moda, no interesan: el levantamiento fue un aldabonazo en la conciencia, hay indígenas en México y tienen derechos.

“Mientras no reconozcamos como consecuencia de la reforma del actual artículo segundo de la Constitución, que dice que el ser de México se funda en última instancia en el sustrato indígena, mientras no saquemos las consecuencias, personalidad jurídica, no, no es ninguna independencia de nada: es simplemente que los indígenas como tales puedan exigir una auténtica educación bilingüe, puedan exigir que se les titule sus territorios ancestrales, puedan exigir que sus autoridades tradicionales sean reconocidas. Eso que le estoy diciendo tal vez le parezca locura, porque en México no lo quiere reconocer nadie, pero no es locura: los indígenas serán participantes en la vida social, económica, política de México cuando tengan estos reconocimientos. Ahora están arrinconados, como dijo Fray Bernardino de Sahagún: no les queda apariencia de lo que fueron. Así le dije.

–Seguimos en lo mismo yo creo, ¿no? ¿Cree que cambie? porque la pobreza, la miseria también se vuelve una forma de vida cultural, se asume.

–Los indígenas, como decía el doctor Alfonso Caso, son tan tontos que descubrieron el cero, los mayas antes que nadie, y son tan flojos que mire usted las pirámides que hicieron.

–O en California, lo que han trabajado para los gringos.

–También. Los indígenas son una fuerza, los mixtecos que han emigrado a Alta California y a Baja California, llevan maestros para que les enseñen lengua mixteca a sus hijos. En Chiapas hay una asociación hotelera de indígenas, y han escogido lugares bonitos como las lagunas de Monte Bello y ponen pequeños hoteles, y ellos dan servicio de alimentación, de camas, etcétera, a turistas que quieran ir a la naturaleza y conocer, y quieren hacer una cámara nacional de empresas indígenas. O sea, están modernizados, no son una cosa fósil. Y ahora modernamente aquí en la UNAM hay el programa México Nación Multicultural y se otorgan 4 mil becas; no es mucho, pero 4 mil becas ya es algo (para) que puedan estudiar gratis y además se les da un recurso económico.

“Yo en mi seminario tengo ahora bastantes estudiantes, de los cuales 10 por ciento, no, más, como 20 por ciento son indígenas que están para sacar maestría o doctorado. A medida que haya más, tendrán líderes intelectuales. Yo les digo: ‘Tú puedes ser del PRD, del PAN, de lo que quieras, pero sé sincero contigo mismo y del tesoro que tienes úsalo en favor de tus hermanos’.

–Cuando habla de autonomía estaba pensando en un temor que se tiene en muchos sectores sociales, y no sólo políticos, que tiene que ver con las autonomías, con los usos y costumbres, Dicen que hay cosas que no se pueden aceptar si forman parte de una nación, de una democracia.

–Dicen a veces que los indios les pegan mucho a sus mujeres. Yo les digo: y muchos no indios también les pegan a sus mujeres, de manera que no es exclusivo. Es obvio que eso está mal, pero en todo lo que no contradice a las leyes mexicanas pueden reconocerse sus usos y costumbres. Ningún grupo dice: vamos a matar, ni vamos a robar, ésos son los preceptos universales, cualquiera que los quebranta sabe que los está quebrantando. Yo sí creo que el día que México de veras apoye la educación bilingüe, los derechos jurídicos de los pueblos originarios tendrá otra fuerza de trabajo, y otra fuerza de trabajo enraizada a nuestro ser.

Cualquier lengua es un tesoro

“Hay la banda de música de los niños mixes, las artesanías purépechas; había unas mujeres de Ocumichu que de cerámica hicieron figuras preciosas, un conjunto de la revolución francesa cuando se conmemoró. Venía escenificada en figuras de barro, un arte extraordinario, y además nos dan una lección: cómo sobreponerse a la tragedia terrible que tienen. ¿Cómo han conservado sus lenguas, que son un tesoro? Cualquier lengua es otro tesoro, porque permite entender la realidad de un modo distinto, y nosotros tenemos más de 60 lenguas y muchos dialectos (variantes dentro de la lengua). El doctor Sarukán dice que México es uno de los países con mayor biodiversidad, él dice que tenemos 700 reptiles, y yo le digo: Pepe, no estás bien. ¿Por qué? Porque hay reptiles de dos patas que no los pones, ¿ves?

–¿Cómo se podría solucionar este aislamiento? Porque mantenerlos sólo en su cultura, sin contacto con otras culturas, ¿no es negativo?

–En esto hay dos razones: una, no olvidar que son la raíz más antigua, y otra, que pueden obrar libremente. Es como unos italianos de Chipilo, que eran de origen veneciano. ¿Quieren seguir siendo como en Venecia o quieren seguir siendo como mexicanos? Ahí está en sus manos. ¿Cómo pueden defenderse las lenguas indígenas? Están mucho muy amenazadas. Para comprar tortillas yo no voy a hablar en náhuatl porque me entienden en español, pero si conserva la lengua náhuatl tiene dos maneras de pensar, dos maneras de ver el mundo, y eso le da una agilidad mental, en primer lugar, luego debe ser motivo de orgullo.

La historia no es un lujo

“Hay una literatura muy rica, en su lengua, y que vean que en la universidad nos interesamos por su pasado, su presente y su futuro, les hace confiar en que su ser es muy valioso. Y hay que insistir, porque hay gente que pone oídos sordos. ¡Cómo en esta época de los grandes tratados internacionales, cómo los indios, hombre! Está usted completamente turulato. Uno me decía: yo pienso en el futuro, en las comunicaciones interplanetarias. Yo pienso también en el futuro, las lenguas indígenas, los mitos que nos enriquecen y nos dan una visión del mundo mucho más rica. La historia no es un lujo, nosotros no somos viajeros sin equipaje. Imagínese una persona que llega al aeropuerto sin equipaje, sin nada, ¿qué línea va a tomar? Oiga, ya se me olvidó. ¿Tiene boleto? Ya se me olvidó. ¿Y a qué hora sale? No sé. ¡No puede viajar! La historia le da a usted el equipaje, el boleto, le dice la hora, qué línea y a dónde va. Eso es la historia, no es un lujo.