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En Veracruz vamos a los fandangos para sanar el alma, expresa Rubí Oseguera

Presentará este fin de semana su espectáculo Quebranto, danza tradicional, pero con un lenguaje contemporáneo

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▲ La bailarina durante una de sus presentaciones.Foto Javier Manzola
 
Periódico La Jornada
Viernes 27 de septiembre de 2019, p. 7

En los pueblos de Veracruz en lugar de tomar terapia se va a los fandangos. La bailarina de son jarocho Rubí Oseguera explicó que debido a que en zonas rurales no se tienen sicoanalistas, tradicionalmente se ha usado la fiesta para sanar.

De acuerdo con Oseguera, en esta fiesta veracruzana tradicional, durante la madrugada, se tocan sones para despedirse, que sirven para enfrentar el dolor que se pueda estar pasando. En la madrugada el alma se abre, y se da oportunidad a la reflexión.

Asimismo, detalló que “en el sur de Veracruz decimos que cuando te aqueja un dolor y no sabes exactamente qué es, tienes un ‘quebranto’ en el alma. Todos pasamos por esos momentos y difícilmente nos sentamos a pensar qué está pasando”.

Oseguera, quien baila son jarocho desde hace más de 30 años, presenta este fin de semana su espectáculo dancístico Quebranto, que recibe su nombre de este concepto popular. La bailadora indicó, en entrevista, que su puesta en escena está hecha por mujeres, y cuestiona el papel que ellas han tenido dentro de la tradición de esta música veracruzana. De tal suerte que en el escenario se pone énfasis en algunos elementos que, aunque siempre han estado presentes en esta expresión, han sido relegados a un papel secundario.

La obra dancística narra la historia de una mujer que enfrenta la vida a través del zapateado. También es una historia en que la danza, el teatro, el son jarocho y la poesía se conjuntan para fortalecer la tradición.

Hay un nuevo lenguaje de la danza tradicional, y un entendimiento diferente de cómo podemos nutrirlo de otras disciplinas. Hay cosas que no se van a mover nunca. Gracias a eso conocemos distintas manifestaciones, porque siguen teniendo una función social, sostuvo la bailadora.

Rubí Oseguera es la tercera generación de su familia que ha cantado y bailado con esta música. Atribuye la popularidad y continuidad del son jarocho a que está hecho por gente joven. Es una tradición antigua, pero viva porque está hecha por gente de muchas generaciones, y se renueva constantemente; se inyecta de gente nueva, y todos podemos involucrarnos desde diferentes lugares.

Quebranto, descrito por Oseguera como danza tradicional pero con un lenguaje contemporáneo, se presentará este viernes, sábado y domingo en el Salón de Danza del Centro Cultural Universitario de la Universidad Nacional Autónoma de México, a las 19 horas.