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Piden a la FGR atraer caso de ejecutados en Nuevo Laredo

Ombudsman y parientes de víctimas acuden al Senado

 
Periódico La Jornada
Jueves 19 de septiembre de 2019, p. 11

El presidente del Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo, Raymundo Ramos, demandó que la Fiscalía General de la República (FGR) atraiga el caso de los ocho civiles asesinados en ese municipio el pasado día 5, ya que fueron objeto de una ejecución extrajudicial a manos de policías estatales de Tamaulipas.

Encabezadas por Nestora Salgado, senadoras de Morena lo acompañaron en la cámara alta junto con familiares de las víctimas y secundaron la demanda, ya que, advirtieron, el gobierno de Francisco García Cabeza de Vaca trata de acallar los hechos e insiste en que son sicarios.

Ramos sostuvo que hay dos casos en que se acredita plenamente que no se trata de delincuentes: el de la joven Jennifer Romero, quien tenía dos días en Nuevo Laredo –se había fugado con el novio–, y el de Severiano Treviño Hernández, trabajador de Coca Cola, sin antecedentes penales.

Mostró el acta de defunción de este último, donde se señala que fue ejecutado por un disparo en la cabeza horas antes de que se hubiera dado el enfrentamiento que supuestamente tuvo con policías estatales. Según el dictamen médico, recibió un tiro en la cabeza a las 9:55 de la mañana, pero el parte informativo policiaco dice que la persecución ocurrió a las 9.30 horas. Es decir, no coincide la hora en que dicen que llamaron al Ministerio Público con la del fallecimiento, destacó.

Estaba sometido cuando le dispararon: médico legista

El médico legista certifica que fue ejecutado; llega a esta conclusión porque el disparo que recibe en el cráneo es en forma ascendente, de arriba hacia abajo y de atrás hacia adelante. Significa que estaba sometido, puede ser hincado o acostado, pero no de frente al tirador.

Casandra Treviño, de 18 años, relata que el día de los hechos, su padre Severino dormía en su cuarto, en la casa donde ambos habitan, en la colonia Anáhuac, y a las siete de la mañana irrumpieron policías estatales uniformados, echaron abajo las puertas y lo golpearon sin piedad. Le gritaban que dijera dónde estaban las armas. El les respondió que no había ninguna, que podía comprobar que trabajaba en la refresquera, pero siguieron pegándole.

Considera que ella se salvó porque dormía con su hija de dos años. A ambas las sacaron tapadas con una cobija, pero la niña se destapó fuera y pudieron ver que sacaban al padre esposado, vestido con un uniforme militar, con botas y casco, todo golpeado de la cara.

Fue la última vez que lo vio con vida; luego apareció muerto. Igual aconteció con Jennifer Romero, según comentó su tío Aurelio Romero, quien destacó que la joven no es sicaria. Mostró una foto de ella al graduarse de preparatoria, en el estado de México, donde residía. Viajó a Nuevo Laredo porque se había escapado con el novio.

Raymundo Ramos señaló que el gobierno de Tamaulipas debe hacer públicos los perfiles de los otros seis ejecutados, pero se empeña en criminalizarlos y en amedrentar a él y a los familiares que exigen que la FGR atraiga el caso.