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Astro, álbum de Mateo Kingman, nació de un viaje por senderos místicos
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▲ Mateo Kingman (derecha) con el músico argentino Gustavo Santaolalla, quien ha elogiado su trabajo.Foto cortesía del músico
 
Periódico La Jornada
Viernes 26 de julio de 2019, p. a11

Mateo Kingman es un músico ecléctico que no sólo hipnotiza con su nuevo álbum, Astro, sino que lleva a una travesía interna al recurrir a melodías tradicionales de América Latina.

El intérprete ecuatoriano también fue influenciado por los cantos íkaros del mundo del curanderismo, los cuales se acentuaron en esta producción con el uso de sintetizadores y de elementos de la canción urbana contemporánea.

Kingman realizó un viaje por senderos místicos para configurar su reciente material, el cual sale hoy a la venta. Antes fueron liberados los temas Religar, Tejidos y Último aliento; en este último colabora el productor y compositor argentino Gustavo Santaolalla, quien ha elogiado el trabajo del ecuatoriano.

Kingman es considerado una de las revelaciones de Latinoamérica por su propuesta que mezcla letras poéticas, profundas y esenciales con una producción vanguardista que explora con sintetizadores, beats y melodías de raíz.

En Astro la lírica remite a una poética expresada por una multiplicidad de timbres vocales que conducen a una travesía musical, la cual nos enfrenta a nuestros males, pasando por vértigos profundos y curaciones sagradas, para regresarnos agradecidos a lo nuestro.

Este segundo álbum detalló: Lo escribí en 15 días; después pasé un año en el estudio para buscar las tonalidades que queríamos generar. Es un viaje introspectivo hacia adentro, para enfrentar miedos, males e inseguridades y después encontrar la luz y volver a este mundo con un nuevo aprendizaje.

Es una producción muy conceptual, cada canción esta compaginada con otra; para comprenderlo hay que escucharlo de principio a fin. Es un álbum de lírica densa, por lo cual se hizo un búsqueda para retomar elementos de géneros urbanos y de música un poco más ligera y hacer el mensaje más fluido.

Para configurar este material, Mateo Kingman se adentró 15 días en un viaje con plantas amazónicas en un contexto muy particular. Este disco, es una interpretación de ese deambular por diversas dimensiones y estados de conciencia, lo cual dio forma a textos honestos y genuinos.

Estos intensos momentos son como si te cayera el mundo a pedazos y encontrar lo esencial de cada ser humano como si fuera lo más importante. Estoy en esa búsqueda y ahora tengo un disco que habla de ello.