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Sinestesia olfativa, experiencia sensorial mediante las obras de una decena de artistas
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▲ Un hombre desnudo, reproducción en cera en tamaño natural, se despoja de su corporalidad consumido por el fuego y se transforma en aroma. Un par de esculturas de César Martínez (imágenes de la parte superior) se incluyen en la exposición Sinestesia olfativa montada en el nuevo Museo del Perfume, que hoy abre sus puertas en un edificio antiguo de Tacuba 12, Centro Histórico, donde también se exhibe Mina (sobre estas líneas), del artista Jerónimo Hagerman, instalación vegetal que invita al espectador a sumergirse en el perfume de las flores para reflexionar sobre el proceso de polinización.Foto Yazmín Ortega Cortés y Alondra Flores
 
Periódico La Jornada
Jueves 25 de julio de 2019, p. 5

Oler los colores, ver el sonido, oír los sabores: la propuesta Sinestesia olfativa detona la experiencia sensorial y contemplativa con obras de 10 artistas contemporáneos que fueron convocados a crear una pieza a partir de los aromas.

El olfato es un sentido poco explorado por las prácticas artísticas, sostuvo Iván Edeza, curador de la muestra con la que abre sus puertas el Museo del Perfume en un edificio antiguo en el Centro Histórico, en la calle Tacuba.

Cascos transparentes rellenos con flores acapulco, que penden del techo, invitan a sumergir el rostro como un colibrí polinizador, obra de Jerónimo Hagerman. También, las campanas de cartonería creadas por Carolina van Waeyenberge y artesanos de Zacualpan, Morelos, confrontan en el interior con espejos fragmentados y máscaras gestuales que envuelven con perfumes de almizcle, sándalo, nardo y bosques tropicales. Es la evocación de un pasaje acompañado de un viaje sonoro, sutilezas adictivas.

Oler la memoria, capturar un estímulo ancestral que remite a algún lugar del pasado, como el viejo vestido de mamá; ella ya no está, pero la prenda transporta su olor, que la hace presente. El colectivo Interspecifics ha montado un pequeño laboratorio en el que a la vista de todos elabora pequeñas esferas comestibles gracias a la destilación de un aroma específico. El visitante saborea y permite que la mente vuele, sin pensar demasiado, a ese lugar al que ha sido sumergido. Es un cruce entre ciencia y tecnología.

La sinestesia es un fenómeno neurológico en el que las personas perciben con dos o más sentidos un solo estímulo, como la mujer que representaba cada nota musical como un color, en el caso que describió el neurólogo Oliver Sacks. El pintor ruso Vasili Kandisky, por ejemplo, plasmaba los sonidos con sus pinturas. Recordamos la magdalena de Marcel Proust, que con una sinfonía musical nos hace saborear el trozo de pan sumergido en té, las papilas gustativas oyen el sabor.

El público divagará con libertad por el museo

Hubo un tiempo en que las personas que percibían de esa forma peculiar eran considerados enfermos y encerrados en los siquiátricos. Hoy el público es invitado a divagar libremente con esta experiencia. O a ser seducidos, como es el caso de la obra de Juan José Rivas, quien con Can brutal, escultura inflable de tamaño monumental, hace exhalar una infusión elaborada con la hierba conocida como lengua de perro, que se vende en el mercado de Sonora en la Ciudad de México para cautivar y dominar al serdeseado.

El juego propuesto desde la sinestesia implicó limitaciones y retos, pero también el asombro con descubrimientos, relató Edeza, como fue aprender que el sentido del olfato es el primero que se desarrolla en el útero materno; la persistencia de ciertas neuronas son las que producen este fenómeno en un pequeño porcentaje de humanos y que estas células en el cerebro están conectadas al hipotálamo, relacionado con la memoria.

Un hombre, representado de tamaño natural, desaparece lentamente mientras el material del que está hecho se esparce como un sutil perfume, el goteo del aroma invade el oído, la vista huele la fugacidad de fuego. César Martínez expone el eco de lo impermanente, el murmullo de la evanescencia, el encuentro de un cuerpo que se consume.

El proyecto, en constante metamorfosis por las característicasde los materiales y los conceptos,se desarrolla en tres etapas de exhibición. La primera, que se inaugura hoy, incluye la obra de seis artistas; el 3 de octubre se expondrán tres más y el polaco Maurycy Gomulicki concluirá esa iniciativa a partir del 19 de diciembre.

La experiencia requiere acompañamiento para el desarrollo de la inmersión, por lo que se solicita enviar un correo o por redes sociales para reservar la visita en el espacio ubicado en Tacuba 12, Centro Histórico, estación Allende del Metro. La entrada tiene un costo de 50 pesos.