Las palabras son poderosas. Su pertinente uso pude inspirar, transformar e incentivar. Y es justo a partir de siete emblemáticas frases relacionadas con el movimiento social y de los derechos humanos que organizaciones de la sociedad civil intentarán concientizar al ciudadano de a pie sobre la grave crisis que México enfrenta en materia de garantías fundamentales.

Ayer, en el atrio de San Francisco –a espadas de la Torre Latinoamericana– se inauguró la intervención El lugar de las palabras en común, una instalación artística que representa una espiral, símbolo de movimiento y transformación, con la que se busca que la gente interactúe y conforme su propia visión de los derechos humanos y de los abusos del Estado.

¿Qué sensaciones pueden transmitir las palabras a las personas? Esa es la respuesta que busca este concepto. La guía partirá de siete enunciados que han surgido desde el movimiento civil y que han transformado en dolor en lucha:

Busquemos hasta encontrarlos, Un mundo donde quepan muchos mundos, Quisieron enterrarnos, pero no sabían que éramos semilla, Acordamos vivir, No puede haber justicia si no conocemos la verdad, Aprender a mantener al mundo unido como un tejido y Hasta que la dignidad se haga costumbre. Esas son las frases desde las que parte la idea de la interacción. Aunado a ello, se instalaron 500 fichas con el mismo número de palabras relacionadas con las frases para que la gente pueda construir de manera interactiva sus propias ideas a partir de lo que lee y ve.

La intervención estará abierta hasta el 10 de noviembre y es impulsada por Amnistía Internacional (AI), el Cetro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, Servicios y Asesoría para la Paz, la Red Todos los Derechos para Todas y Todos, Equis Justicia para Mujeres y seis organizaciones más que pretenden llevar al ciudadano el mensaje, a veces técnico, de los derechos humanos y la importancia de reclamarlos.

La directora de AI México, Tania Reneaum, indicó que la finalidad es que mediante el arte las personas nombren sus experiencias de vida, sus sensaciones ante la impunidad, la violencia, la inseguridad y a partir de sus referentes y cotidianidad valore lo que representan los derechos humanos y cómo éstos son sistemáticamente violados en el país.

Queremos apelar a crear una conciencia social y decir que todas las personas en este país podemos ser víctimas de algún abuso de autoridad o quizás lo hemos sido. Es indispensable que la gente conozca la crisis y la nombre, porque al hacerlo la hace existente y ello nos lleva a exigir al Estado mayores garantías, aseveró.

La instalación es obra de las artistas Rita Ponce de León y Esthel Vogrig, quienes junto a un amplio grupo interdisciplinario de personas conjugaron las artes visuales, la arquitectura, el pensamiento coreográfico, la artesanía y la gestión cultural.

Ponce de León afirmó que gracias a las palabras las personas crearán sus propias narrativas y reconocerán las injusticias y posibles soluciones ante la grave crisis que enfrenta México.