Opinión
Ver día anteriorMartes 9 de julio de 2019Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
El movimiento armado socialista
C

uando diseñamos con Felipe Ávila la línea del programa de radio Historia del pueblo mexicano decidimos dedicarle una primera etapa a las luchas sociales y la resistencia contra el régimen priísta (1946-88), en un formato en que pensamos entrevistar a estudiosos y a protagonistas de aquellos movimientos.

El programa nos llevó a las guerrillas, los movimientos que por la lucha armada pensaban instaurar el socialismo en México a partir de 1964-65. Iniciamos con tres estudiosos de aquella violenta etapa, Fritz Glockner, Víctor Orozco y Jesús Vargas, quienes han investigado esos movimientos y la manera en que la protesta social devino en lucha armada, al encontrar cerradas las vías legales para resolver sus demandas.

Pero más allá de las maneras represivas y excluyentes con que el gobierno empujó a miles a la vía armada, se reflexionó sobre las razones de muchos estudiantes, campesinos y trabajadores para tomar las armas con el fin de buscar una sociedad basada en la solidaridad y no en la competencia. Inspirados en el ejemplo cubano, pensaban que la revolución era posible y que el deber de todo revolucionario era hacer la revolución (https://bit.ly/2XE5jfq).

Mientras transmitíamos esos programas, se nos fueron acercando colectivos de ex militantes y de jóvenes estudiosos de la llamada guerra sucia. Y encontramos varios trabajos no publicados de muy alta calidad académica, que muestran que, a pesar de la persecución y los silencios, el tema está ya maduro para ser historiado con seriedad. Quisiera comentar tres de esos trabajos: Adela Cedillo presentó en 2008 una tesis de licenciatura (https://bit.ly/2XU98w4) y en 2010 una de maestría (https://bit.ly/2LalaLL), donde cuenta la historia de las Fuerzas de Liberación Nacional de 1969 a 1983. La investigación, sólida y sin concesiones (ni con el Estado ni con los guerrilleros: también nos muestra a algunos guerrilleros tan inhumanos y despiadados como sus perseguidores, enseñándonos otra vez qué significan la guerra y la violencia), en la que llama la atención sobre una guerra que la mayoría de la sociedad mexicana desconoce por completo, una guerra de baja intensidad pero sumamente cruenta que enfrentó a la izquierda radical con el Estado, que se solventó mediante la violación sistemática de los derechos humanos y que obligó al régimen a iniciar una transición democrática mediante la llamada reforma política.

El movimiento armado socialista, señala Adela Cedillo, fue “una respuesta legítima –e inevitable en el contexto rural– ante la actuación de un Estado que había rebasado los límites del autoritarismo y había adquirido rasgos semitotalitarios”. El Estado usó todos los mecanismos de que disponía para condenar la violencia de ultraizquierda y ocultar la violencia del Estado.

¿Y por qué cientos, miles de personas decidieron sublevarse e incluso morir antes que seguir viviendo bajo ese régimen semitotalitario? Primero, porque (añado yo: como en 1910) estaban cerradas las vías legales y pacíficas para acceder al poder por la vía legal, así como para construir opciones de participación política capaces de incidir en la solución de los problemas nacionales. Pero también, sin duda y a pesar de sus errores –y hasta crímenes, diría yo–, por la voluntad, el sueño de construir un mundo fundado en la justicia.

Muy interesante resulta (en la tesis de maestría) comprender las raíces y los orígenes del EZLN y la prehistoria del subcomandante Marcos/Galeano y sus compañeros: una modesta guerrilla urbana que se alió con el sector radical de dos movimientos campesinos derrotados, uno derrotado y disperso y otro poderoso pero estancado.

Finalmente, Cedillo pone nombres y rostros a las personas ejecutadas o desaparecidas por el Estado, a los caídos en combate y a los sacrificados por los mismos guerrilleros, en una guerra que, para las FLN terminó con la derrota… salvo el sector que se reconvirtió en EZLN y sigue vigente.

Urge publicar estos estudios, que a muchos no gustarán (como todo buen libro de historia) y darnos cuenta de que ha llegado el momento de estas valoraciones y de contar estas historias olvidadas ya como historias, con la ciencia y el conocimiento de Adela Cedillo… y de los otros dos estudios que dejamos para otra entrega: el de Francisco Ávila Coronel sobre el Partido de los Pobres, y el de Alejandro Peñaloza sobre la Liga Comunista 23 de septiembre.

Llamo la atención sobre lo escrito: se trata de cuatro tesis inéditas… nos acercamos ya al momento de contar esta historia, pero aún no llegamos del todo a ella. Quizá también, con el actual gobierno, al esclarecimiento de las desapariciones forzadas mediante las cuales el Estado combatió a esos tres y a otros grupos guerrilleros.

Pd: los programas de radio pueden escucharse en: https://bit.ly/2XzNe1Y.

Twitter: @HistoriaPedro

Blog: lacabezadevilla.wordpress.com