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Cambiar delincuencia por arte, propósito de ensamble de la UACM

Hoy, gala de ópera en el Museo de Antropología

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▲ En el Ensamble Coral participan maestros, alumnos y vecinos de cada campus.Foto tomada de la página de Facebook de la agrupación
 
Periódico La Jornada
Domingo 30 de junio de 2019, p. 6

En la capital mexicana hay proyectos pedagógicos, comunitarios y culturales conjuntos que cambian vidas, como el Ensamble Coral y Sinfónico de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), que lidera el director Francisco José Grijalva Vega.

El Ensamble tiene 15 años de historia, y en él participan maestros, trabajadores, alumnos y vecinos de cada campus –San Lorenzo Tezonco, Centro Histórico, Del Valle e Iztapalapa Casa Libertad–, mientras, la orquesta tiene apenas dos años y además de la enseñanza de música, imparte iniciación musical y artística.

Se han convertido en semilleros de futuros músicos o instancias donde ciudadanos de todas edades buscan sumar un mejor entorno y/o a alejarse de ambientes de alta incidencia delictiva e inseguridad.

Así lo señala el propio Francisco Grijalva, quien, en entrevista también se refiere a los frutos de su esfuerzo, compartido por sus alumnos y colaboradores, quienes trabajan y disponen de sus talentos, por el puro amor al arte, es decir, sin retribuciones, pues hacen una labor sin apoyo gubernamental o si acaso, mínimo, aunque con reconocimiento de las autoridades universitarias.

Por ello solicita becas, apoyos, recursos que retribuyan lo que ese tipo de trabajos entregan a la sociedad. Con todo, con sus propios recursos, afirma el director coral y orquestal egresado del Conservatorio Nacional de Música, logran hacer presentaciones en recintos como el Centro Cultural Mexiquense Bicentenario; el Centro Cultural de la alcaldía Venustiano Carranza; la Casa Sifón de Iztapalapa, el pasado 8 de junio, donde consumaron una de sus más importantes experiencias –comenta–, al mostrar su repertorio a unas 500 personas, muchas de quienes nunca han tenido oportunidad de presenciar ópera o música de orquesta.

Sobre los motivos de estas actividades, Grijalva dice: Una persona que atisba el arte tiene otra visión de la vida, ya que cuando tocas el arte, te vuelves perfectible.

A él, agregó, le cambió su vida. Desde muy chico tuve pasión por la música. Estudié tres carreras y tuve oportunidad de presentarme fuera del país, pero sentí que donde más se me necesitaba era aquí.

Agrega que luego de años de trabajar con diamantes en bruto, ha logrado descubrir mucho talento, por ello, y contrario a la forma a los favoritismos que ha observado en su carrera, busco cambiar el tornillo a otro lado y apuesta a pulir o apoyar nombres como Verónica Vértiz, quien lo mismo ha cantado en Roma que en Iztapalapa; Esthibaliz Rojas, que ha incursionado en el bell canto, el pop, jazz o el rock.

Daniela Miranda, Estrellita Ríos, David González o Raúl Alcocer son jóvenes mexicanos que podrían cantar en cualquier escenario, asegura.

Este domingo el coro presentará una gala de la ópera Madama Butterfly, de Giacomo Puccini, a las 13 horas en el auditorio Jaime Torres Bodet del Museo Nacional de Antropología y el 6 de julio, a las 17 horas, en el patio central Octavio Paz, de la Biblioteca México. La entrada es gratuita.

Francisco José Grijalva Vega, es un entusiasta maestro, artista y promotor cultural que a fuerza de soñar, tener fe y valentía, avanza, muchas veces a contracorriente en las aguas del burocratismo; todo, para sembrar una idea que podría semejar a un faro en medio de la noche: El que hace, arte gana-gana, finaliza.