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INEGI: 1.3% en el primer trimestre

Consumo de gobierno, con la peor baja desde 2013
 
Periódico La Jornada
Sábado 22 de junio de 2019, p. 17

Durante el primer trimestre de este año el consumo de gobierno tuvo una caída de 1.3 por ciento respecto del mismo periodo de 2018, lo cual representa el mayor retroceso a tasa anual desde 2013, informó este viernes el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

La cifra forma parte de la medición de la oferta y la demanda global de bienes y servicios, que calcula, entre otros rubros, el consumo del sector público y privado.

En el interior de la demanda, el componente de consumo de gobierno retrocedió 0.3 por ciento en los tres primeros meses del año en comparación con el trimestre previo inmediato. Sin embargo, la caída más marcada fue en términos anuales, que es de 1.3.

El descenso es el mayor desde el segundo trimestre de 2013 –cuando tuvo una contracción de 1.4 por ciento– y el más pronunciado para un primer trimestre desde 2004, fecha en que tuvo un comportamiento negativo (1.4).

El Inegi señala que el componente de las exportaciones de bienes y servicios disminuyó 0.2 por ciento entre enero y marzo de este año, frente a los resultados de los últimos tres meses de 2018.

En contraste, la formación bruta de capital fijo (que mide la inversión en maquinaria, equipo y construcción) y el consumo privado crecieron 0.7 y 0.2 por ciento, respectivamente, con cifras desestacionalizadas en el periodo referido.

Por otra parte, la oferta global de bienes y servicios tuvo una contracción de 0.5 por ciento en términos reales en los primeros tres meses del año respecto del trimestre anterior. Esta caída se explica por la contracción de 0.2 por ciento del producto interno bruto (PIB) y de las importaciones de bienes y servicios (0.2).

Claro debilitamiento

Humberto Calzada Díaz, analista de mercados para Rankia Latinoamérica, consideró que la reducción de en la oferta y la demanda global de bienes y servicios se produjo a consecuencia de la contracción que presentó el PIB en el último trimestre, reflejando un claro debilitamiento de la actividad económica en el país.

Respecto de la caída del consumo de gobierno, indicó: Este componente ha sido uno de los factores de peso para que se esté generando el actual escenario de incertidumbre, ya que los inversionistas creen que una política de austeridad no es sinónimo de eficiencia en el gasto gubernamental.

En nuestra opinión, esas variables negativas se deben a que el actual manejo de la política económica no ha generado la suficiente certidumbre y condiciones para la inversión nacional y extranjera, afectando variables macroeconómicas como empleo, consumo e inversión. Esto se ha reflejado en una menor perspectiva de crecimiento para México, aunado a los riesgos que existen en la economía a escala mundial, sobre todo el conflicto comercial de Estados Unidos con China, que en el mediano plazo va a repercutir en la economía internacional, concluyó.

Raymundo Tenorio, profesor emérito del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, comentó que dicha caída se explica por la austeridad aplicada por la administración federal.

Esa disminución es de preocupar, porque no ocurre salvo en circunstancias de crisis y no hay crisis.

Subrayó que para el segundo trimestre se perfilan resultados similares, por lo cual la única forma de revertir esa situación es reactivar el gasto de inversión del gobierno.

El subgobernador del Banco de México Jonathan Heath señaló en su cuenta de Twitter que el gasto público, definido como la suma del consumo de gobierno y la inversión pública, disminuye 0.1 por ciento en el primer trimestre de 2019, para hilar cuatro trimestres consecutivos a la baja.

Alejandro Stewens Zepeda, analista de Scotiabank, indicó que los resultados de la oferta y la demanda global confirman lo observado con otros indicadores (PIB, consumo privado e inversión, entre otros), por lo que muestran una persistente pérdida de dinamismo en la actividad económica. Las distintas fuentes de incertidumbre, tanto por factores externos como internos, continúan pesando sobre las perspectivas de los agentes económicos, y pareciera que hay señales de una mayor desaceleración a la anticipada, la cual podría esperarse que continúe, al menos en el corto plazo.