Sociedad y Justicia
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Camino al suicidio

Terapias de conversión contra la homosexualidad, gran fraude

Cada vez más populares, las Ecosig incluyen insultos, agresiones y violación

 
Periódico La Jornada
Lunes 17 de junio de 2019, p. 33

Los esfuerzos por corregir la orientación sexual y la identidad de género (Ecosig), conocidos como terapias de conversión o reparativas, han ganado popularidad en años recientes en los grupos conservadores o de corte religioso, según especialistas.

Estas prácticas, dirigidas principalmente a personas de la diversidad sexual, pueden ser sesiones sicológicas, siquiátricas, consejería religiosa, y son proporcionadas incluso por grupos de superación personal o contra las adicciones.

Según la guía Nada que curar, realizada por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), basada en testimonios recabados por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, hay varias formas en las que se presentan los Ecosig. Agrega que la víctimas llegan a estas prácticas de manera forzada y sin un consentimiento explícito.

También tienen como característica que una vez que se entra a las terapias de conversión las per-sonas ya no tienen decisión sobre seguir, por lo que comienza una dinámica en donde se le priva ilegalmente de la libertad. De igual manera, es común que se hable con groserías o se humille a las personas lesbianas, gays, bisexuales, trans e intersexuales (Lgbti). Algunas prácticas incluyen el uso de medicamentos.

De igual manera, se presentan violaciones. En este punto, en el documento –realizado con apoyo del Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación, la Universidad Nacional Autónoma de México y la asociación Yaaj México– se expone que en el caso de los hombres, una actividad común es que los padres al sospechar que su hijo es homosexual lo llevan a tener relaciones con alguna trabajadora sexual para probar su hombría.

A las mujeres “se les obliga a estar con hombres que las violan para ‘corregir’ o ‘curar’ su homosexualidad, de ahí se deriva el término ‘violaciones correctivas’”.

Otras prácticas son las terapias de aversión, que usan un estímulo externo, ya sean sonidos, imágenes o películas para luego generar rechazo físico mediante medicamentos que provocan asco o náuseas así como mediante electroshocks”. De igual manera, se realizan exorcismos.

La UNODC señala que hay un consenso mundial entre expertos en áreas médicas, de sicolo-gía y siquiatría en el que se reconoce que los Ecosig son antiéti-cos, no son efectivos y, además, pueden llegar a dañar la salud mental; también son considerados tortura.

Indica que la homosexualidad, al no ser una enfermedad, no se puede curar, cambiar ni corregir, por lo que quienes ofrezcan terapias de conversión incurren en un fraude comercial. Reconoce que la familia es el primer filtro para que la o el adolescente llegue a un Ecosig y las consecuencias de acudir a estas prácticas van desde la baja autoestima y el rechazo propio hasta el suicidio.