México deberá replantear su política de austeridad, porque si se combina con la imposición de aranceles progresivos a todos los productos mexicanos que importa Estados Unidos será una tormenta perfecta, manifestó el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC).

En entrevista, José Luis de la Cruz, director de ese organismo, explicó que si los aranceles llegan al punto máximo –25 por ciento– como propuso el presidente estadunidense, Donald Trump, algunos productos perderían competitividad, pues esa nación los puede adquirir de otros países.

Indicó que los sectores industriales que resentirían el impacto en menor tiempo son: textil, calzado, vestido, acero, aluminio, cemento, una parte de química y plástico. El automotriz, apuntó, vería la afectación a mediano plazo.

De la Cruz comentó que la afectación en el crecimiento económico sería de entre un punto y punto y medio del producto interno bruto (PIB). Además, de 200 mil a 300 mil empleos permanentes se verían perjudicados.

Las mayores afectaciones por los aranceles, que empezarían a aplicarse a partir del próximo día 10, se verán reflejadas en el último trimestre de este año y en el primero de 2020.

Destacó que el PIB no tocaría terreno negativo este año, pues el arancel comenzaría a aplicarse a mitad del año, lo cual aún es manejable, pero en los primeros tres meses de 2020 se resentiría con más fuerza y llevaría a México a terrenos difíciles.

Interrogado sobre si existen medidas para mitigar los efectos adversos de los gravámenes, el director del IDIC expresó que la medida llega en mal momento para la economía mexicana, por el plan de austeridad que aplica el gobierno federal y la desaceleraciónde la economía.

Lo primero que debe hacer México, subrayó, es reactivar su mercado interno mediante un programa emergente. El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador debe priorizar la inversión pública con la sinergia de la iniciativa privada, pues la diversificación en este momento es complicada, debido a la falta de infraestructura para redirigir las exportaciones.

El mercado interno va a tener que ser parte de la solución, pero la política de austeridad debe repensarse, porque si se combina austeridad con aranceles es una tormenta perfecta, reiteró.

De la Cruz explicó que México tiene déficit comercial con casi todos los países –sólo con el este de Asia es de más de 100 mil millones de dólares, de los cuales 70 mil son con China.

Éste lo compensa con el superávit con Estados Unidos, pero si se imponen las tarifas ese superávit de 70 mil millones de dólares se reducirá.

Mercado interno, mecanismo para crecer

Comentó que si se pierden entre 10 y 15 mil millones del superávit, ello se traducirá en ocho a nueve décimas del PIB, es decir, una baja del crecimiento económico y se vincula con el gasto de gobierno en el área de inversión, por lo que el mercado interno quedaría como único mecanismo para el crecimiento, pero actualmente se está debilitando por la precarización laboral.

José Luis de la Cruz destacó que recurrir a los mecanismos del todavía vigente Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y de la Organización Mundial de Comercio (OMC) no son una opción viable, ya que ambos caminos toman años para resolver los conflictos y las medidas no se suspenden de forma inmediata.

Tomar esa opción, que se debe hacer, no evitaría la afectación económica de la que estamos hablando, sostuvo.

Comentó que un panel del TLCAN implica representantes de los tres países y es posible que predomine Estados Unidos, mientras en la OMC ese país no ha designado árbitro, pero la cuestión es que al presidente Trump no le importa ninguna de las dos opciones, pues su argumento es la seguridad nacional y el marco legal de Estados Unidos está por arriba de los acuerdos firmados, a diferencia de México.

La vía diplomática y política, elegida por López Obrador, intenta buscar salidas para que se posponga la aplicación de aranceles, porque el parámetro que impuso el mandatario estadunidense –detener la migración ilegal a Estados Unidos– no va a ocurrir a corto plazo.

Incluso, dijo, México no lo podrá cumplir, pero tendrá que que endurecer su política migratoria y plantear alternativas al presidente Trump.