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Golpe a AMLO, más que a Urzúa // Germán: de FCH a la 4T // ¿Figura para la oposición? // IMSS e ISSSTE, naufragantes

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▲ Un grupo de odontólogos que perdieron su trabajo al transformarse el programa Prospera se manifestaron frente a Palacio Nacional para pedir al presidente Andrés Manuel López Obrador analizar opciones para recontratarlos.Foto Pablo Ramos
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l golpe no fue en realidad, o solamente, para el secretario de Hacienda. Carlos Urzúa no es más que el impío ejecutor de las instrucciones restrictivas que en ciertas áreas del aparato gubernamental ha decidido el Presidente de la República para favorecer a otras, a costa de generar descontento y franca irritación en los segmentos afectados aunque, en contrapartida, haya otros ámbitos del primer piso de lo asistencial (el dinero en mano, los créditos a la palabra, por dar ejemplos) que se sienten sumamente beneficiados por el nuevo carrusel de la austeridad redistributiva.

Germán Martínez Cázares ha golpeado el eje de la política presupuestal de la llamada Cuarta Transformación (4T) y la traducción de esa política en acciones de gobierno para beneficiar a la población. Le recrimina a Urzúa un comportamiento neoliberal y señala de diversas maneras que la obsesión de los ahorros presupuestales termina dañando a trabajadores del Instituto Mexicano del Seguro Social y, sobre todo, a los derechohabientes.

La carta de renuncia al cargo de director es una pieza de fuertes implicaciones políticas. No podría ser de otra manera, pues Martínez Cázares se ha dedicado a la producción de alegatos y posturas políticas o partidistas, durante un largo tiempo al servicio de la causa de Felipe Calderón Hinojosa, a quien acompañó desde antes de su postulación a la Presidencia de la República durante la campaña electoral y a lo largo del tenso periodo de imposición de Calderón en Los Pinos como producto de un fraude electoral que Germán defendió como victoria legítima, en formas y fondo de ruda descalificación del obradorismo. En un primer tramo del calderonismo gobernante fue secretario de la Función Pública y, luego, por aterrizaje concreto del dedo calderonista en su persona, llegó a la presidencia del comité del Partido Acción Nacional (otro miembro del círculo dorado del calderonismo que fue impuesto digitalmente como dirigente partidista fue César Nava.

En enero de 2018, distanciado de Calderón y de la actividad política, Martínez Cázares fue tocado de nuevo por la tentación. Así lo describió en un artículo publicado en Reforma: “La labor política exitosa genera confianza y toca las puertas primordialmente a indecisos o rivales, Andrés Manuel lo hizo conmigo; conversamos con su hijo y otros personajes, mi sensación de esas pláticas es de franqueza y ‘ganas de ganar’”. En concreto, se le invitaba a ser candidato a fiscal general de la República. Pero no aceptó. Luego se le ofreció una senaduría. Aceptó. Y, posteriormente, la dirección del Seguro Social. Aceptó.

Ahora, luego de chocar de manera absoluta con el secretario de Hacienda del obradorismo, Martínez Cázares deja el barco gubernamental. Si se ha de creer en el diagnóstico que presenta en su carta de renuncia, el IMSS vive una situación terrible, naufragante. Más allá de los escarceos palaciegos, en el país entero hay una creciente inconformidad por el decaimiento de los servicios de salud pública. En el instituto especializado en atender a la burocracia federal, el Issste, navega casi en solitario un extraño personaje habilitado como director, Luis Antonio Ramírez, quien fue subdirector durante una parte del peñismo, hijo del emblemático priísta Heladio Ramírez, quien fue dirigente de la Confederación Nacional Campesina y gobernador de Oaxaca. En la Secretaría de Salud, Jorge Alcocer es otro de los miembros del gabinete que poco asoma la cabeza.

El adiós de Martínez Cázares al gabinete ampliado del obradorismo ha sido muy celebrado por sus antiguos compañeros de partido y por comentaristas abiertamente opuestos a la autodenominada Cuarta Transformación. Germán podría convertirse en una de las figuras de las que carece la oposición al andresismo, con la aureola de la renuncia y sus consideraciones políticas. Es de suponerse que regresará al otro regalo que le hizo AMLO: cinco años y medio de senaduría, como oportunidad para seguir haciendo política ¿contra AMLO?

Twitter: @julioastillero

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