Agentes estatales y municipales tienen jornadas de hasta 72 horas, por lo que no podemos exigir policías de primera cuando se le da un trato de tercera, señaló David Pérez Esparza, titular del Centro Nacional de Información del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

En entrevista con La Jornada, el funcionario mencionó que en julio presentarán una reforma de gran calado con el propósito de mejorar las condiciones de los uniformados.

Traemos un desorden brutal, porque no tenemos diagnósticos que nos puedan revelar la realidad, comentó luego de adelantar que la propuesta del nuevo modelo nacional de policía que presentarán al Consejo Nacional de Seguridad Pública tiene 20 ejes prioritarios.

Entre los puntos principales de esta nueva propuesta están reducir la jornada laboral a ocho horas (a más tardar en un año), un sistema de pensión universal, seguridad social, seguro de gastos médicos mayores y becas para sus hijos; en otra etapa de la reforma también se busca homologar sueldos.

“Hay policías con turnos de 72 horas. Son personas que trabajan con sueño, consumen mucho café, refresco y ya no están en capacidad de responder a nada. Son zombis en la práctica”, indicó.

Pérez Esparza dijo que la estrategia es poner en el centro al ser humano que porta el uniforme de policía y que sea tratado como otro servidor público con horarios justos, ya que por años han sido arrinconados, ignorados, excluidos y discriminados.

Enfatizó que es tan grande el déficit que se llega al grado de no contar con un modelo que permita tener a escala nacional un seguimiento sobre la situación de salud de los uniformados, problemas de obesidad, grado de estudios, situación familiar y social.

Queremos construir la policía mexicana del siglo XXl. Se invierte en armas, unidades y se nos ha olvidado que el centro es el agente, por eso en la reforma se priorizan sus necesidades, mencionó.

Otro de los ejes del nuevo modelo policial se enfoca en los exámenes de control de confianza que hasta el momento, comentó el funcionario, son caros, lentos y muchos lo reprueban por lo complicado que son.

“Uno de los ejes es el fortalecimiento de los controles de confianza a través de una simplificación, esto es que se haga la prueba del polígrafo en momentos donde estadísticamente es relevante por ejemplo un miembro de inteligencia.

El polígrafo no es necesariamente la mejor herramienta, por eso los controles de confianza se van a hacer más realistas, eficientes y apegados a lo que los policías necesitan, agregó.

Los datos más recientes que se tienen sobre los policías estatales son los del Censo Nacional de Gobierno y Seguridad Pública 2018, elaborado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en el que se señala que de los 217 mil 287 agentes que hay en todo el país, 83 mil 655 tenían estudios de secundaria y 81 mil 695 de preparatoria, 11 mil 733 no contaban con estudios y 7 mil 387 sólo tenían la primaria terminada.

Sobre los policías municipales, el censo del Inegi es del 2017 y detalla que de los 175 mil 762 elementos, 67 mil 492 contaban con estudios de secundaria, 77 mil 159 terminaron la preparatoria, mil 757 no tenían estudios y 10 mil 897 concluyeron la primaria.