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Acusan discriminación

Las desigualdades salariales, el otro partido del futbol femenil

Las campeonas del Mundial de Francia 2019 recibirán 10 veces menos que los varones

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▲ El equipo estadunidense, actual monarca mundial, reprocha primas inferiores y condiciones de entrenamiento deplorables.Foto Ap
 
Periódico La Jornada
Jueves 16 de mayo de 2019, p. a10

París. El campeón del mundial femenil de Francia 2019 ganará tres millones 500 mil euros, cantidad por lo menos de 10 veces menor que la escuadra de los Blues que se coronó el año pasado en Rusia. Los premios que recibirán los equipos es apenas una muestra de las desigualdades económicas del balompié de mujeres, donde también existe un abismo con las ganancias en los derechos de transmisión en comparación a los torneos varoniles.

En Estados Unidos, el pasado 8 de marzo (Día Internacional por los Derechos de las Mujeres), las campeonas mundiales de futbol femenino presentaron una denuncia en un tribunal de Los Ángeles contra su Federación por discriminación.

Reprochan primas inferiores que las de los hombres y condiciones de entrenamiento deplorables, pese a sus tres títulos mundiales, mientras el equipo masculino tiene resultados internacionales mucho más modestos.

La USSF (la Federación Estadounidense de Futbol) ha fracasado en la promoción de la igualdad de sexos, acusan las 28 denunciantes, mientras el organismo mostró su sorpresa por este proceso y adelantó su predisposición a nuevas negociaciones con las jugadoras para comprender mejor sus reivindicaciones y problemas. En su lucha, las futbolistas del Team USA pueden tener de inspiración a los países escandinavos, los pioneros en esta cuestión.

Las futbolistas danesas fueron a la huelga en 2017 para protestar por sus modestas remuneraciones. En ese mismo año, la capitana de la selección de Noruega, Maren Mjelde, y su homólogo masculino, Stefan Johansen, firmaron simbólicamente un acuerdo para instaurar la igualdad salarial entre equipos.

La Federación Noruega dedica a la selección femenina una parte de las cantidades percibidas por los patrocinios del equipo masculino, en lo que consideró una fuente de inspiración para otros países.

Poca gente quiere pagar

En Corea del Sur, sin embargo, las diferencias entre las remuneraciones y las condiciones de trabajo entre hombres y mujeres continúan. La Federación Sudcoreana de Futbol (KFA) fue criticada en 2015 por organizar un viaje de la selección femenina –en la que está la estrella del Chelsea, Ji So-Yun– en clase turista, mientras el conjunto masculino viajaba en business. Los jugadores aportan mucho más dinero a la Federación, se defendió la KFA.

En Italia, las futbolistas no tienen estatus profesional y reciben un máximo de 30 mil 658 euros por año, además del rembolso de ciertos gastos. Los salarios no superan los 3 mil o 4 mil euros al mes.

En Francia, la jugadora mejor pagada y primer Balón de Oro del futbol femenino, la noruega Ada Hegerberg (Lyon), recibe un salario récord de 400 mil euros por año, mientras el brasileño Neymar (París Saint-Germain) percibe 30 millones.

La media salarial en la primera división Femenil de Francia, formada por dos gigantes (Lyon y París SG), gira alrededor de 3 mil 500 euros mensuales. La evolución de los salarios depende del ecosistema global del balompié femenino, entre patrocinadores y derechos de televisión, destacó la vicepresidenta de la Federación Francesa de Futbol (FFF), Brigitte Henriques.

Presupuestos y derechos de televisión

La Copa del Mundo femenina se comercializa actualmente como un subproducto del Mundial masculino, reconoció en febrero Fatma Samoura, secretaria general de la FIFA.

Dentro del manejo financiero que representan los derechos televisivos del futbol mundial sólo el uno por ciento repercute en el femenino. Es inaceptable, se indignó la mandataria. La meta de la FIFA es tener un producto independiente que pueda ser comercializado y que aporte lo suficiente para su desarrollo, dijo.

Actualmente se paga por el futbol masculino; el femenino cuesta dinero. Debería pagarse por él y se pagará por él. La constatación de Fatma Samoura ilustra la debilidad financiera de una disciplina que espera acabar pronto con sus escasos traspasos y sus derechos televisivos mal explotados.

Al lado de las montañas de dinero que rodean al futbol masculino, las cifras de los torneos femeninos, semiprofesionales en muchos casos, parecen minúsculas.

En 2018, la FIFA registró 16 mil 533 traspasos de hombres, con un monto total de 7 mil 30 millones de dólares, por los escasos 696 movimientos y los 564 mil 354 dólares registrados entre las mujeres.

La aplastante mayoría de los fichajes en el futbol femenino se llevan a cabo sin contraprestación financiera. Y, en nueve casos de cada 10, las jugadoras deben esperar a que se acabe su contrato para cambiar de club, como hizo la inglesa Toni Duggan, quien abandonó en 2017 al Manchester City para irse al Barcelona.

En Estados Unidos, los escasos movimientos de jugadoras se hacen por trueque, como en el resto de campeonatos profesionales. Los 100 mil dólares que, según la prensa, pagó en 2011 el MagicJack, la franquicia de Florida, por la estrella Megan Rapinoe, son la excepción.

“La diferencias se deben a que las jugadoras son amateurs en la mayoría de países y, allá donde el futbol femenino está más desarrollado, las ligas de élite están formadas por un número limitado de clubes. Y si hay menos equipos hay menos partidos... y por ello se generan menos ingresos.

La profesionalización del futbol femenino debería llevarnos a más equipos, temporadas más largas y contratos más largos, todo ello susceptible de tener un impacto en el mercado de traspasos, aseguró la FIFA.

Aumentar ingresos

Pero para multiplicar las operaciones millonarias, los equipos tienen que aumentar sus ingresos. Un club como el Lyon, una referencia en Europa, sólo dispone de un presupuesto entre los 7 y los 8 millones de euros. Sólo una revalorización masiva de los derechos televisivos y de los patrocinios permitiría a este deporte franquear esta etapa.

En Francia, Canal Plus se adelantó y transmite desde el comienzo de esta temporada todos los partidos de la Ligue 1 femenina. Según el diario Le Parisien, la cadena privada de televisión pagará un millón 200 mil euros por temporada durante cinco años, contra los 110 mil euros desembolsados en 2011 y los 200 mil en 2017.

El grupo Mediapro, en España, paga ahora tres millones de euros al año por los derechos televisivos, cuando hasta ahora transmitía gratis el futbol femenino.

Al contrario que en Estados Unidos, donde ninguna televisora transmite los encuentros desde que la NWSL denunció su contrato con el grupo A&E, aunque actualmente negocia con la NBC, que podría ofrecer, según los expertos, un monto sin precedentes en el futbol femenino, si la selección estadunidense conserva en Francia su título mundial.