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Crisis ambiental
Desde hace tiempo el futuro nos alcanzó, consideran capitalinos

A la contaminación por partículas finas, este martes se sumaron altos índices de ozono // Pese a la emergencia, la ciudadanía continuó su vida normal

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▲ Trabajadores de Conafor durante el combate a un incendio en la reserva de Cuemanco, en febrero.Foto Alfredo Domínguez
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▲ Personas juegan futbol en la Magdalena Mixiuhca, pese a la alerta ambiental.Foto Alfredo Domínguez
 
Periódico La Jornada
Miércoles 15 de mayo de 2019, p. 30

Pese a que ayer fue uno de los días más contaminados hasta el momento, pues a las partículas PM 2.5, que alcanzaron 161 puntos, los más altos en los cuatro días recientes, se sumó la polución por ozono, la Ciudad de México continuó con su ritmo acelerado.

En medio de la anormalidad que puede significar que el valle de México esté envuelto desde que sale el sol hasta que anochece en una nube tóxica, la normalidad se instaló entre los capitalinos, a quienes ayer, como cualquier otro día, les apuró dejar temprano a sus hijos en la escuela o encaminarse a su trabajo o negocio.

No faltaron los precavidos, pero fueron los menos, que hicieron uso de cubrebocas o de pañuelos para reducir las afectaciones del humo y el hollín que han comenzado a causar irritación en ojos, nariz y garganta, aunque hubo otros que en el Bosque de Chapultepec, por ejemplo, continuaron con sus rutinas de ejercicio.

Como en película futurista, en las pantallas del Metrobús que corre sobre Paseo de la Reforma con su doble piso –al estilo londinense, al igual que la bruma gris–, se emitía de manera constante la alerta: Atención, se activa contingencia ambiental, tome sus previsiones, sin que causara efecto alguno entre los oficinistas, que en cada parada apresuraban el paso para ingresar a los corporativos de la zona.

Ajena a la doble contingencia, una por partículas y otra por ozono, Joana empujaba la carriola de su hija para entrar al zoológico de Chapultepec, y un grupo de estudiantes del Colegio de Bachilleres se alistaba a pasear en lancha.

La primera desconocía la contingencia. Venimos de visita desde Monterrey, pero ya decía yo que ahora la contaminación estaba peor que nunca, porque arden mucho los ojos, relató, mientras los segundos, los jóvenes, sólo disfrutaban de un día de pinta. Nos dejaron salir temprano, por el Día del Maestro, atinaron a decir entre risas, sin que les agobiara en lo mínimo la contamitación atmosférica.

Lenta respuesta

Sin romper la cotidianidad de sus actividades diarias, en su ir y venir los citadinos reprocharon el lento actuar de las autoridades para decretar las medidas de emergencia ambiental, que ya en otras ocasiones han sido criticadas por su ineficacia o calificadas de ocurriencias para salir al paso, como el doble Hoy no circula, que obliga a tener un descanso obligatorio a 40 por ciento del parque vehicular.

Tenemos así cuatro días; no sé por qué esperaron tanto para emitir una alerta, a lo mejor por cuestiones políticas, pero tenían que haber hecho algo antes. Estamos respirando hollín que se va directo a los pulmones, manifestó Julián Pineda, agente de seguros.

Montserrat, estudiante de Xochimilco, quien acudió al Museo Nacional de Antropología, consideró que poco o nada pueden hacer las autoridades. No sé qué tanto puedan hacer ahora, porque entiendo, o eso han dicho, que la causa principal son los incendios. En todo caso, debió haber prevención antes, apuntó.

El futuro nos alcanzó, pero para algunos capitalinos, desde hace tiempo. La contaminación es parte de lo que se vive en la ciudad. Ya estamos acostumbrados, y pues, la verdad, qué hacemos, así tenemos que salir a trabajar, opinaron Rosalba y Manuel.