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Evolución energética mundial: la octava
D

ice Perogrullo que las tecnologías de generación de electricidad dejan su impronta en los sistemas eléctricos. Ventajas y desventajas. Por ejemplo, los concentrados en carbón, como los de Estados Unidos (31 por ciento), China (69 por ciento) e India (75 por ciento) tienen la ventaja –por llamarla así– de su firmeza.

A decir de las Bases del Mercado Eléctrico Mayorista en México, se trata de la capacidad para seguir instrucciones de despacho en tiempo real hasta su capacidad instalada. Pero la grave desventaja de producir gases de efecto invernadero (GEI). ¿Cuánto? Alrededor de un kilogramo de CO2 por kilovatio-hora generado (Kwh).

Por ello, del total de emisiones de CO2 en el mundo, las provenientes de la generación de electricidad con base en el carbón concentran 72 por ciento de las totales emitidas por generar electricidad. ¿Cuánto es ese total? Poco más de 34 mil millones de toneladas de CO2. Equivalen a 37 por ciento de las emisiones totales de CO2 en el mundo.

Así, sólo el carbón, para generar electricidad, representa la cuarta parte de esas emisiones globales totales. El otro 28 por ciento de las emisiones por generar electricidad provienen de generadoras que consumen derivados de petróleo, gas natural, coque y algo de biocombustibles. ¿Cuánta electricidad producen hoy los fósiles? Sesenta y ocho por ciento de un total mundial ligeramente superior a 26 mil teravatios-hora (Twh).

Sí, únicamente el 32 por ciento restante corresponde a energías limpias. La nuclear, 10 por ciento, equivalente a 2 mil 700 Twh. Y la hidroelectricidad, geotermia, solar y eólica, 22 por ciento de la generación mundial. Sin emisiones directas de CO2.

La hidroelectricidad, 16 por ciento. Y la eólica, solar y geotérmica, el 6 por ciento que resta. Sí. Lamentablemente, la energía eléctrica proveniente del viento y del sol tiene una participación menor a 6 por ciento en todo el planeta. Y su desarrollo es condición para que ese tremendo 37 por ciento de emisiones totales de CO2 disminuya de manera significativa. Se trata de un asunto de vida o muerte. Pero los sistemas eléctricos con tecnologías de generación intermitente –solar y eólica, evidentemente– registran problemas técnicos delicados. Derivados de tres características de estas fuentes intermitentes: 1) variabilidad no controlable; 2) impredictibilidad parcial; 3) localización inamovible.

Precisamente por ello, los sistemas con alta participación de intermitentes tienden a modificar sus procesos de planeación, operación y control. Múltiples y relativamente nuevas interrogantes guían estas modificaciones. Y exigen un rigor técnico, económico y financiero más fino que el exigido en el caso de sistemas tradicionales sustentados en fuentes firmes.

Sistemas con generación solar y eólica obligan a instalar una sólida base de fuentes firmes y despachables, capaces de seguir órdenes en tiempo real para enfrentar confiablemente tanto la variabilidad no controlable como la impredictibildad. Pero también una red de transmisión robusta, diseñada para atender con eficiencia la inmanipulable localización de esas fuentes intermitentes colocadas –asegura Perogrullo– donde hay sol y viento. Y no necesariamente donde hay demanda. Seguiremos profundizando en estas características y los retos que supone enfrentarlas. Sin duda.