Cancún, QR., Las costas de Quintana Roo se encuentran en fase cuatro, de cinco, de la alerta Marrón, debido al sargazo que inició su arribo más fuerte y muy alarmante para la fauna y los ecosistemas marinos, así como para el turismo, advirtió la investigadora Brigitta Ine van Tussenbroek. La especialista comparó la alerta Marrón con los huracanes, cuya fase uno es sólo de peligro, pero la cuatro es de alarma, por todo lo que implica.

Se calcula que recalen unos 700 mil metros cúbicos por kilómetro de playa, cifra similar a la del año pasado en el Parque Nacional de Puerto Morelos, sin que hasta ahora haya acciones contundentes para contener ese grave problema; la gente se durmió, lamentó.

De por sí, añadió, las prácticas de la gente son malas, la falta de drenaje y la contaminación de las aguas de uso humano provoca que las aguas marinas tengan mayor cantidad de elementos que afectan la vida acuática.

Pero la invasión de esa alga multiplica por cien los nutrientes y generan anoxia; es decir, que el ácido sulfhídrico y otros que desprenden las algas en descomposición se combinan y se vuelven altamente tóxicos matando todo lo que esté alrededor: peces y pastos marinos, e incluso la exposición prolongada en humanos resulta dañina. Los sistemas coralinos, de por sí enfermos de blanqueamiento, resienten también con mayor intensidad el sargazo y otros problemas marinos.

Adiós al mar azul turquesa

La investigadora advirtió que todo el ecosistema cambiará con el sargazo, por lo que de no solucionarse el problema de manera inmediata, en cinco años ya no se verá el color azul turquesa del mar, no habrá arenales blancos en la playa, no habrá zonas arrecifales y aun poniendo una solución inmediata, pasarán varios años para limpiar los rastros que deja el alga.

Dijo que para atender el problema se requieren varios frentes y una cantidad ilimitada de recursos. De entrada se precisa un sistema de alerta temprana, el cual permitirá tener el monitoreo exacto sobre el surgimiento y avance del alga, con la posibilidad de capturarla desde altamar, para lo cual se requieren barcos especiales. También se necesitan recursos para investigación, pues se debe encontrar una solución de origen, que los municipios dispongan de zonas de depósito adaptados, porque ahora no hay uno solo ni personal especializado.

Comentó que los hoteleros usan palas mecánicas o tractores para retirar el alga de la playa, lo cual es erróneo, pero están desesperados.

También colocan vallas sargaceras, limpian sus frentes, pero aunque sus espacios pudieran estar limpios, los efectos negativos serán iguales para todos, por ello la necesidad de activar de inmediato un plan de contingencia, aunque el sargazo ya haya llegado.