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Las horas felices en el Metro sí existen y es gracias al karaoke
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▲ Un verdadero oasis en las instalaciones del Metro genera mucha alegría y distracción a los usuarios de la línea 3.Foto Marycarmen Martínez
 
Periódico La Jornada
Domingo 5 de mayo de 2019, p. 24

En la estación División del Norte todos los días se arma la fiesta sin necesidad de que haya alcohol. Al bajar las escaleras de acceso los usuarios de la línea 3 del Sistema de Transporte Colectivo Metro se encuentran con un karaoke acompañado de la etiqueta de Twitter #RegálanosUnaCanción.

Señoras con bastón y bolsas del mandado, oficinistas que se escapan a la hora de la comida para echarse un palomazo, así como jóvenes estudiantes desfilan por el micrófono, que a muchos ayuda a desestresarse y genera una armonía entre los usuarios del tan complicado y criticado medio de transporte.

Yo me bajé porque el Metro se venía parando mucho; preferí desestresarme un rato. Además, la música nos hace convivir, cuenta Zaira Lara, de 20 años, quien a pesar de tener una apariencia tímida y poco sociable al cantar se desinhibe completamente.

El jolgorio es tal que hasta el jefe de estación sale a gritar ¡no me dejan dormir!, cuentan los cantantes aficionados a la música.

Mis nietos me dicen que en vez de cantar mejor me dedique a recitar. Pero yo disfruto y me gusta mucho hacerlo. Lo hago aquí, cada vez que me toca pasar por esta estación y hasta recibo aplausos, comenta la señora Camila Hernández. A sus 56 años, tiene una alegría y vitalidad contagiosas que la música hace aflorar aún más, y todavía debe llegar al Zócalo para realizar sus compras. Sólo cantaré una y me voy. Bueno, a lo mejor dos.

Algunos usuarios pasan indiferentes ante las melodías; sin embargo, cuando escuchan a un buen cantante hasta la prisa se les olvida. Aplauden, felicitan, conviven y piden otra, otra.

El clásico tururú tururú del Metro es silenciado por los cantantes, que hacen fila para interpretar con el corazón y sacar su mejor voz.

Tengo que regresar a la oficina. Es mi hora de la comida, pero me escapé otro rato, dice Julio Rodríguez, quien con melancolía interpreta Sólo una mujer, de José José, y logra que al final la gente aplauda de forma estrepitosa.

En esta estación cambia la experiencia de viajar en el Metro, ya que se genera un ambiente de simpatía e intercambio de sonrisas, el cual contrasta con la relación que se vive dentro de los vagones.

En octubre de 2017 el gobierno capitalino inauguró La Estación de los Compositores con el fin de ofrecer un tributo a los autores más importantes de la música popular mexicana, cuyas biografías también se pueden leer en ese lugar.