La jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum Pardo, informó que se realizarán cambios a los lineamientos relacionados con la calidad del aire y las contingencias ambientales, tras señalar que son antiguos y no responden a la realidad actual de la capital del país, lo que ha generado la molestia de los ciudadanos.

En su conferencia de prensa dijo que las modificaciones se aplicarán a partir del segundo semestre y tienen que ver con acciones de prevención, regulación del transporte de carga y con establecer una coordinación real con el estado de México, la cual, dijo, se perdió en la anterior administración.

Explicó que se analiza hacer pronósticos con un día de anticipación y con base en el estudio de las condiciones meteorológicas, en caso de preverse una mala calidad del aire, implementar medidas de prevención para mitigar esa situación.

En el caso de los transportistas de carga, indicó que se fijarán mecanismos para que realmente esas unidades sean incluidas en las restricciones de circulación que se imponen cuando hay contingencia, ya que por tener placas federales pueden transitar sin problema.

Asimismo, agregó, es necesario homologar con el estado de México las políticas en la materia para evitar que los capitalinos pongan a sus vehículos placas de esa entidad, con el propósito de pasar más la verificación vehicular o pagar menos de tenencia, lo que además significa una reducción de los ingresos para la ciudad.

Criticó que en la anterior gestión supuestamente se emprendieran acciones para reforzar la verificación, pero lo cierto es que el número de contingencias no ha disminuido y en cambio se registraron actos de corrupción en el otorgamiento de autorizaciones a verificentros en la ciudad.

Estamos revisando todo porque tiene razón la ciudadanía cuando dice que hay contingencia ambiental, pero siguen los camiones de carga circulando, expresó Sheinbaum Pardo, quien también cuestionó que cuando se decreta dicha fase las medidas que se implementan, como la restricción en la circulación de vehículos o limitar las actividades al aire libre, operan a partir del día siguiente y no en el momento en que se producen las altas concentraciones de contaminantes, que es cuando hay más riesgo de daño a la salud.

Esos sinsentidos que vienen cargándose desde principios de los años noventa tienen que cambiar, concluyó la jefa de Gobierno.