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Centenario luctuoso de Zapata: homenajes todo el año

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▲ La figura de Emiliano Zapata (1879-1919) circula en un timbre emitido por el servicio postal de Argelia, en homenaje al revolucionario mexicano asesinado hace un siglo. El sello será vendido desde mañana en ese país africano.Foto tomada del sitio web de correos de Argelia
E

l miércoles pasado se cumplió un siglo del asesinato de Emiliano Zapata (1879-1919). El mundo oficial y político, el sector académico y las organizaciones sociales, tienen un amplio programa para rendir este año homenaje al Caudillo del Sur.

En numerosos libros se narra la historia de uno de los personajes centrales del movimiento armado que sacudió al país entre 1910 y 1917. Como el de John Womack, Zapata y la Revolución Mexicana, publicado en 1969. En la más reciente edición por el Fondo de Cultura Económica, el profesor de la Universidad Harvard deja en claro que en su obra no define al movimiento zapatista como conservador, como algunos interpretaron.Eran campesinos que no querían cambiar su lugar de origen.

En eso concuerdan otros autores. Por su parte la inglesa Rosa E. King, nacida en 1865 y de familia acaudalada, ofrece en Tempestad sobre México, una espléndida visión de Cuernavaca y sus alrededores en los años clave de la Revolución.

A esa ciudad llegó en 1905 con su esposo y sus hijos. Adquirió en 1910 el hotel Bella Vista, en el que pernoctaron los héroes y villanos de entonces. De ellos nos ofrece en su libro una muy personal opinión.

Aunque la señora King alucinó con los pobres integrantes del ejército del sur y su máximo líder y fue víctima de sus tropas, entendió que eran campesinos que dejaban el arado y el surco para luchar por sus derechos. Igual que en tantos otros lugares desde tiempos remotos.

Que ‘‘Zapata no quería nada para él y para su gente únicamente la tierra y la libertad para trabajarla en paz. Había visto el pernicioso amor al dinero en que se habían formado las clases altas’’.

Pese a las desventuras que padeció durante y después de la Revolución, Cuernavaca fue su segunda patria hasta su muerte en 1955. Publicado en inglés en 1935, Tempestad sobre México apenas se conoció en español en 1998, obra publicada por el extinto Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, con prefacio de Tedi López Mills. Hoy merece mayor difusión.