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Si se busca justicia hay que dar la cara: Laura Esquivel
 
Periódico La Jornada
Jueves 4 de abril de 2019, p. 3

La escritora Laura Esquivel consideró que para buscar justicia se debe dar la cara, mostrar pruebas e ir a los tribunales, ya que de lo contrario parece que lo que se busca es venganza y acabar con una persona de manera anónima.

Para ella, las redes sociales cumplen una función importante para comunicar y movilizar a las personas, pero en el caso del movimiento #MeToo sus integrantes deberían reflexionar sobre el impacto de la comunicación que generan.

Quien escribe, dijo, sea cual sea el medio impreso o la plataforma digital que se use, debe ser responsable de cada palabra que publica. En mi caso, que soy escritora, cuido mis palabras porque toco la parte más sensible de las personas; mis palabras pueden sacar lo mejor o lo peor de quien me lee.

Visiblemente triste por la muerte de su hermano Armando Vega-Gil, dijo que las redes sociales se han convertido en la Santa Inquisición y que ahí se deciden los destinos de muchas personas. Algunas tendrán algo que aclarar, quizá disculparse o enfrentar a la justicia, pero hay muchas otras que no, expuso.

“Hago un llamado a MeToo para que cuide sus publicaciones y espero que esto se esclarezca”, compartió, y agregó que no se vale denunciar de manera anónima y sin presentar pruebas, a la vez que cuestionó que el movimiento no permita que se ofrezcan disculpas o se intente reparar el daño.

La denuncia debe ir acompañada de la personalidad jurídica de los afectados y propiciar un encuentro entre ambas partes. De entrada, yo creo a todas las mujeres, en primera instancia porque muchas podrían tener razón, y hay que ayudarlas, acompañarlas y protegerlas, pero este no es el caso.

Eso, aseveró, evidencia la falsedad de la acusación. Armando tenía la sensibilidad a flor de piel y no soportó una calumnia así. Yo podría encontrar sentido a su muerte si sirve para que reflexionemos en cómo hacemos las cosas y para qué, para sanar y ayudar, no para culpar sin sentido. Tengo amigos que han pedido una disculpa y les va peor; ya no se vale disculparse ni tratar de reparar el daño; entonces ya no entiendo el propósito de una denuncia. Creo que esto lo tenía claro Armando, y me duele muchísimo porque él lo dijo en su carta.

Para Esquivel es urgente levantar la voz y preguntar qué se busca. El castigo y la condena del otro no me van a liberar. Lo que lo lograrán es un trabajo interno donde yo también asuma mi responsabilidad.

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▲ La escritora, en imagen de archivo.Foto Yazmín Ortega Cortés

Aunque reconoce que el movimiento #MeToo nació con buena intención, también es cierto que es urgente revisar cómo y para qué se están haciendo las denuncias, es realmente muy alarmante porque no hay la menor conciencia de lo que se está provocando, apuntó.

Desesperado por no poder defenderse

Vestida de negro, como símbolo de luto, manifestó: A Armando yo le creo y considero que era una acusación falsa; no pudo, y es muy triste que además él sintiera desesperación por no poder defenderse.

Con firmeza añadió: No es a través del dolor, el castigo y el juicio que se cambian las cosas. Es dándole la oportunidad al otro, sentándose, confrontando, dando la cara, sanando y asumiendo una parte de responsabilidad.

Mesurada en sus respuestas, pero dejando entrever lo que considera una injusticia cometida contra Vega-Gil, la escritora sostuvo que la manera más efectiva de ejercer el derecho al presentar una denuncia es dando la cara y presentando pruebas, y que el acusado –culpable o no– pueda defenderse y manifestar su posición.

Si se destruye la reputación de una persona se le cierran puertas, por eso denunciar debe venir de un deseo, una valentía y una honestidad que implica ver cuál fue mi responsabilidad también. Yo no creo en una víctima total.

Esquivel y Vega-Gil se conocieron gracias a Sergio Arau (hijo de Alfonso Arau, ex esposo de la escritora) antes de la integración de Botellita de Jerez. Entonces empezaban con la idea de armar un grupo y de inmediato nos hicimos muy amigos porque teníamos muchas cosas en común. Siempre hubo una relación creativa y alegre, incluso familiar, porque realmente yo lo consideraba un hermano, expresó.

Además de activista y promotor de acciones en pro de la población femenina, Armando Vega-Gil tocaba corazones con sus palabras, afirmó. Siempre fue un luchador social, siempre estuvo a favor de las mujeres, peleando por nuestras causas. Era de los primeros en manifestarse.

La denuncia debe ir acompañada de la personalidad jurídica de los afectados y propiciar un encuentro entre ambas partes, subrayó.